20 ene 2014

GAMONAL: la lección de un barrio humilde y trabajador a todo el Estado

Muchos no sabían ni donde se encontraba. Muchos desconocían de su existencia. Incluso muchos, aún hoy, le llaman "barrio del Gamonal" o "El Gamonal", cuando su nombre es GAMONAL, el barrio de Gamonal de Burgos. Pero quitando y eludiendo el nombre correcto, medio mundo, desde la BBC al Washington Post, desde la Televisión de China a TeleSur TV de América Latina, todos saben de la existencia de un barrio que se asemeja a la aldea gala de Asterix y Obelix, pero esta vez real y actual.


Hasta el pasado viernes por la noche, muchos desconocían que los vecinos llevaban a cabo una larga pelea contra el Ayuntamiento de Burgos. Una lucha en un barrio de una fuerte, ya de por sí, tradición de lucha y reivindicación. Una lucha realizada con asambleas, iniciativas, intentos de diálogo, sentadas, concentraciones, recogidas de firmas a pie de calle, campaña en los comercios, etc. Una larguísima batalla con varias manifestaciones pacíficas sin incidente alguno y con gran presencia de gente. Una lucha increíble y agotadora para todo ese barrio que el viernes por la noche y el sábado por la mañana comenzaba a sonar en las redes sociales primero y en los mass media después. GAMONAL.


Porque a pesar de esa larga lucha, de esa lucha pacífica que, como un mantra, nos han educado que era "la única forma de hacer las cosas", mantra repetido sin cesar como la tortura de la gota de agua, día tras día, TV tras TV, tertulia tras tertulia y cadena tras cadena durante años, y que repiten muchos de forma irracional, los vecinos de Gamonal llevaban meses, muchos, reivindicando de la misma forma que los profesores de Valencia o Baleares, que los funcionarios en muchos sectores, que los trabajadores de Canal 9 o que millones de personas llevamos haciendo desde hace cinco largos años. De forma pacífica. Y con idéntico resultado que todos esos colectivos. NINGUNO. La carcajada del poder político, a las órdenes del poder económico. El taparse los oídos y hacer lo que les sale, literalmente, de los cojones.

El problema de Gamonal no es solo la construcción del Bulevar, ya paralizada. Es el hartazgo general con las políticas de miseria, soberbia, autoritarismo y VIOLENCIA, aplicadas diariamente en nuestras santas narices. ¿Violencia? Sí, violencia. Violencia estructural y del fuerte contra el débil. El barrio de Gamonal había sufrido, como Burgos, fuertes recortes en Educación y Sanidad, había sufrido un ERE en una de las grandes empresas de la zona y había sufrido, como cualquier barrio de España, desahucios a cascoporro. Por ejemplo, el cierre de una guardería para evitar unas reparaciones de unos miles de euros al mismo tiempo que se iba a gastar ese dinero multiplicado por miles en hacer un bulevar para llenar los bolsillos, como no, a los que verdaderamente mandan: a un empresario con poder e inflluencia en el poder político y con el control de un medio de comunicación influyente, el Señor Méndez Pozo. Vamos, algo que calca exactamente lo que pasa en cualquier ciudad del Estado Español.

Visto todos estos antecedentes, el poder y sus Fuerzas de Seguridad, los perros al servicio de sus amigos, las Unidades Antidisturbios, decidieron resolver el problema a hostias contra los vecinos. Ya en la tarde del viernes las cargas y las agresiones policiales indiscriminadas fueron la pauta. Ante esto, los vecinos tenían dos opciones: podrían hacer un festival de biodanza mientras corrían delante de los antidisturbios, mover las manos, sentarse y dejarse apalear por la Policía, previa entrega de una flor. Luego, al día siguiente, con las heridas en la cabeza, cuerpo y músculos, firmar una petición en esa cosa tan absurda llamada Change.org que vende los datos y saca dinero de cada "abajofirmante" quejándose de la represión policial, con la que el Alcalde de Burgos, evidentemente, se limpiaría el culo. O decir que solo se puede protestar de forma pacífica. Aunque contra ellos, tanto con los recortes, como con la imposición de la obra, como con las cargas policiales, se hubiera aplicado la peor violencia posible. De haber elegido esta opción, la elegida por todos desde hace cinco años, el resultado hubiera sido el conocido: una derrota apabullante.

En lugar de ello, los jóvenes de Gamonal, los vecinos del barrio, abuelos, mujeres y hombres, estaban organizados en una Asamblea vecinal como las existentes a finales de los 70, esas que la izquierda moquetera dejó morir. En lugar de dejarse acomplejar, cuando los mass media manipulaban o les incitaban a condenar SOLO la violencia de los manifestantes, en lugar de acobardarse, en lugar de querer ser mártires, apostaron fuerte: recordaron como, en el pasado se habían logrado y conquistado derechos. Y tenían claras unas cuantas cosas: era el Ayuntamiento el que había ejercido, contra ellos, la violencia política: imponiéndoles un proyecto no deseado. Era el empresario Méndez Pozo, beneficiado del proyecto, el que les imponía la violencia y el insulto, desde su DIARIO DE BURGOS. Eran los intereses empresariales y especulativos, los que han impuesto a la juventud de Burgos que su única salida sea irse de Burgos e irse del país. Eran los bancos los que habían tratado de desahuciar a vecinos del barrio mientras se les rescataba con dinero público y se recortaba en Sanidad y Educación, algo totalmente violento y agresor contra ellos. Y era, finalmente, la Policía, hostiando como en cientos de manifestaciones a la gente, a jóvenes, a mayores, a todo el mundo, quienes les habían agredido de forma violenta.

Ante todo ello, optaron por DEFENDERSE. Consideraron, de forma valiente, que ya se había llegado al límite del aguante y la paciencia, que se habían agotado las vías de solucionar por las buenas el conflicto planteado, que no estaban dispuestos a dejarse pisar bajo la bota de los antidisturbios. Y optaron por defenderse. Se defendían de los camiones y las pelotas de goma a pedradas, acudieron a esas entidades bancarias que HABÍAN SIDO RESCATADAS CON SU DINERO y que DESAHUCIABAN a vecinos del barrio o les habían arruinado y las destrozaron. No lo hicieron con los pequeños comercios del barrio, los vecinos,  con una inteligencia colectiva y con conciencia de clase que solo se da allí donde se tienen las cosas claras, sabían muy bien quienes eran los ENEMIGOS. Usaron barricadas si, con esos contenedores que no duelen si los pobres rebuscan en ellos a los acomplejados y a los meapilas de turno, pero parece que es horrible si el contenedor, que pagan los vecinos con su dinero y que, salvo demostración científica nueva, ni sufre ni duele, es quemado o tumbado para defenderse de la brutalidad policial.  Apostaron fuerte, sabiendo que corrían muchos riesgos.

El primer riesgo lo sufrieron, una brutal represión: Casi cien detenidos, dos personas encarceladas por luchar que han tenido que pagar una fianza, etc. En lugar de achicarse, salieron más personas a la calle a defender a pedrada si era necesario en caso de cargas policiales, su barrio y a su gente.

El segundo, la basura mediática, la sufrieron desde el primer día. Las cadenas de TV primeramente, les ignoraron. De hecho, las protestas del barrio salieron antes en medios internacionales como el WP o ChinaDailyNews o TeleSur que en España. Como con Franco. Esa es la "libertad de prensa de la que disfrutamos en España". Solo Canal54 Burgos informaba de ello y el otro medio de comunicación local, propietario del dueño del Bulevar, se convertía en una picadora de carne vecinal, tergiversando lo ocurrido, de tal forma que cualquiera que leyese Diario de Burgos podía pensar que ETA había establecido su base de operaciones en Gamonal y que el Bulevar era una obra que los vecinos de Burgos reclamaban en manifestaciones.

Cuando el silencio de los medios nacionales se hizo imposible, llegó el turno a la criminalización y la manipulación. TVE y RNE, dependientes del Gobierno, suministraba al mundo imágenes de coches quemados que se correspondían con Lasarte, en el pasado. O hablaban de comercios atacados que los mismos vecinos en antena les rectificaban (rectificar esa manipulación era una coacción, según el locutor paniaguado). Por su parte, la Sexta, esa cadena que algunos llaman de izquierdas y que promociona a estrellas electorales mediáticas, pese a que su dueño es un aristócrata, el Mº de Lara, el mismo del diario LA RAZÓN, al que esos mismos critican (así es el analfabetismo mediático en este país) sacaba vídeos manipulados que causaban verdadera vergüenza en las redes sociales, ante la diferencia clara de lo que la reportera contaba y las imágenes. Todos los medios se lanzaron a criminalizar a los manifestantes y vecinos del Barrio de Gamonal. Sorprendentemente, salvo los habituales borregos (poco puedes esperar de algunas personas que votan al PP o al PSOE sin leerse un programa electoral y repite como loro lo que dice la TV), ni el silencio inicial, ni la intoxicación mediática, ni la manipulación vergonzosa de TODOS LOS GRANDES MEDIOS PRIVADOS DE COMUNCACIÓN pudieron con Gamonal. El efecto, nunca esperado por nadie, fue precisamente el contrario.

Grandes capas de la clase trabajadora en todo el Estado entendieron la injusticia que se estaba cometiendo con los vecinos de Gamonal. Comprendieron sus razones. Se sintieron solidarios con ellos. Sufrieron, como si estuvieran allí, la violencia policial que estaban sufriendo. Y contra todo pronóstico, surgió en todo el Estado un sentimiento de solidaridad que, ajeno a las mentiras del poder y de sus medios de prensa, comprendió no solo las reivindicaciones de los vecinos, sino que, además, entendió su forma de llevarlas a cabo, rompiendo por fin un tema tabú que, determinado pacifismo inculcado en escuela, medios, prensa, e incluso en la calle, había impuesto como dogma incontestable: la necesidad de defenderse ante la brutal injusticia.

Las manifestaciones en Burgos aumentaban en número, cada vez más gente salía a la calle. Pero, además, como un fuego que comienza a prender, esa llama comenzó a infectar al resto de ciudades: primero Madrid y las ciudades colindantes, después el sur, después el norte, y finalmente en todo el Estado, surgieron protestas en solidaridad con Gamonal. La apuesta de los vecinos les había hecho famosos en medio mundo, la apuesta valiente y sin complejos les había granjeado una enorme solidaridad y habían sido capaces de abrir un tema que ya tocaba: EL DEBATE SOBRE QUÉ ES VIOLENCIA, y su apuesta, pese a los agoreros, pese a los vendeburras y a los mesías del pacifismo, se convertía en resultado: el viernes, una semana después, tras una lucha sin descanso, el Alcalde anunciaba la paralización total de la obra del Bulevar de Gamonal. ¿Cómo? Aún algunos incrédulos, de los que repetían el mantra pacifista se frotaban los ojos y se pellizcaban, para ver que era real y no estaban soñando. ¡Sí! GAMONAL había vencido. Y contra todo pronóstico, pese a haber sido lo más cómodo, los vecinos siguen la lucha. Si han parado el Bulevar, ahora quieren que se absuelva a todos los encausados y que el dinero se destine a lo que se tiene que destinar: a políticas sociales, a Sanidad, a Educación. En definitiva: AL BARRIO.

En Alicante esa noticia la recibíamos en plena manifestación que congregaba a centenares de personas, con un despliegue policial insultante (33 lecheras o grilleras) y con cargas policiales que, esta vez, contaban con la defensa de algunos manifestantes ante los apaleamientos indiscriminados a gente que estaba sentada, menores incluídos: se pusieron contenedores en la carretera para evitar que los antidisturbios siguieran pegando a la gente y la gente pudiese correr y no ser agredida por la Policía (pese a que el Diario INFORMACIÓN contase la película como le mandasen, puesto que solo se tiraron unos petardos). Al final tres compañeros fueron detenidos acusados de desórdenes públicos, pese a que a dos de ellos les detuviesen andando fuera ya de la manifestación y sin oponer resistencia, lo cual no quitó que uno de los manifestantes fuese abofeteado y agredido posteriormente por policías, tal y como declaró a la salida del Juzgado, soportando en el calabozo constantes insultos por los mismos antidisturbios de Alicante, famosos en todo el Estado por sus inclinaciones ultraderechistas.

Gamonal es ejemplo. Gamonal es el camino, Todos somos Gamonal, decían miles de personas. Y la verdad es que los vecinos, los jóvenes de Gamonal, su gente, nos han dado una tremenda lección de lucha. Nos han mostrado como se lucha por los derechos de todos. Nos han enseñado que pese a lo que repiten muchos, la verdadera violencia son los desahucios, los recortes en Educación y Sanidad, las urgencias colapsadas, las personas que comen de los contenedores o la brutalidad policial. Han acabado, en una sola semana, con ese mantra aceptado y cacareado desde las alturas, el poder e incluso desde determinados colectivos como el 15-M en su nacimiento, según el cual la violencia solo sirve si se practica en Kiev o en Siria por los amigos de la UE y EEUU. Pero si el pueblo, si los trabajadores, si los humildes y los débiles tratan de DEFENDERSE aquí de la verdadera violencia, la ejercida día tras día por un sistema capitalista inhumano que machaca y condena a millones de personas es TERRORISMO, cuando el verdadero terrorismo es el que aplican los que se sientan en los despachos de las grandes empresas y los grandes bancos o el que decretan los que, lacayos de los primeros, se sientan en los sillones del poder. Como bien decía una señora mayor en un vídeo viral en Valencia, hace solo un mes. 

Gracias #GAMONAL por tu digna y decente lección. Para mi fue un honor hacer de altavoz desde la red social Twitter de todo lo que allí pasaba.

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1 comentario:

  1. Como diría iNKuBo, nos hablais de terrorismo, a quien quereis engañar ¿?

    http://www.youtube.com/watch?v=SrhiLlhcdXQ

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