Para escuchar una crítica a Podemos te tienes que ir a la prensa reaccionaria y de derechas, lo cual, indirectamente, refuerza la defensa de Podemos y del proyecto de Iglesias. Pocas son las críticas, aunque existen, dentro de la izquierda más combativa.
Para empezar, PODEMOS no sería nada sin dos cosas: su líder, Pablo Iglesias y el apoyo más que descarado de determinadas terminales mediáticas. Ya en 2011 hubo partidos que trataron de canalizar el descontento existente y la eclosión del 15-M, y sin embargo no tuvieron el resultado de Podemos. Casualidad no es.
Quienes seguimos o conocemos, medianamente la trayectoria de Pablo Iglesias, y con conocer me refiero a sus inicios y no a cuando comenzó a salir en los platós de la Sexta y Cuatro, dato que posteriormente analizaré, no dejamos de sorprendernos ante el brutal cambio mostrado por este. De un pasado en el que, con los peros que se le quieran poner, hablaba claro y conciso de la represión policial, de la situación en Euskadi y Navarra, de los procesos de América Latina, de Venezuela y Cuba, e incluso del comunismo.... no deja de parecer sorprendente el cambio mostrado una vez dió el salto a la política y ganó adeptos, comenzando a ser una estrella de las tertulias.
Yo si me acuerdo cuando la URSS y Yugoslavia eran inalcanzables...Había países socialistas... #notejode
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) agosto 10, 2012
Posiblemente muchas personas puedan hablar de una "adaptación del discurso", a ,modo de excusa. De hecho, si algo hay que decir de Iglesias es que es un extraordinario comunicador, tan bueno que sorprende, tan bueno que recuerda..... al Felipe de 1980 o 1982, y ya sabemos en que ha terminado eso. Pero una adaptación del discurso implica decir lo mismo con otras palabras, algo quizá muy didáctico si se quiere llegar a determinado público. Pero una cosa es adaptar el discurso y otra modificarlo y vaciarlo hasta convertirlo en algo totalmente insulso y descafeinado. Lo que no es de recibo es que hables de los problemas y contradicciones del capitalismo y lo conviertas en una "crítica a la corrupción y a los sobres como responsables únicos de los problemas de la gente". Como véis, no tiene una y otra nada que ver.
De hecho, su excesivo uso de la palabra "casta" ha llamado la atención. Y no solo por lo repetitivo. Casta ha sido la palabra usada por los amantes de la "anti-política" y el populismo de derechas. De hecho, tanto el Movimiento 5 Estrellas en Italia como Falange Española y Democracia Nacional, han hecho uso de forma frecuente de esa palabra. Casta, para referirse a políticos, centrar ahí las iras populares, con un discurso simplón. Como si fuese solo la casta, como si un concejal de pueblo y no Botín y las grandes multinacionales, fuera responsable de la excesiva desigualdad o miseria que existe, no solo en España, sino en el mundo. Unido al excesivo ahínco a los vuelos en turista y sueldo de los diputados, recuerda a aquel mañido "coches oficiales", que muchos marxistas identificamos para ridiculizar a quienes buscan el problema en detalles concretos y no en la causa fundamental: Un sistema capitalista que es un picadero de carne obrera.
Pero quizá lo más llamativo es el papel de los mass media, fundamentalmente PRISA, MediaSet y El Grupo Planeta. Multinacionales de la comunicación con accionistas de bancos y grandes corporaciones, como el caso de EL PAÍS y PRISA, ligados a la derecha republicana estadounidense, dando voz y bombo de una forma descarada al Sr Iglesias y a PODEMOS. Editoriales de EL PAÍS -el mismo diario que llama "reformistas" a los nazis de Ucrania- rindiendo pleitesía a PODEMOS o dando cancha al partido de Pablo Iglesias y a su figura diariamente, siendo, curiosamente, este, el último artículo publicado, donde Pablo Iglesias dice que hay "muchas cosas del sistema buenas".
#libertaddeprensa EL PAÍS y el BANCO MUNDIAL firman una ALIANZA DE CONTENIDOS INFORMATIVOS http://t.co/Xl0J9AAaDH pic.twitter.com/HMvV5nnqab
— Undebateenmicabeza (@AltoyClaro1) Mayo 3, 2014
¿De verdad hay alguien tan ingenuo cómo para pensar que los mismos medios que silencian o criminalizan luchas como la de Gamonal, la de los mineros o la de Can Vies, nos van a vender la "solución contra el sistema"? Y te encuentras argumentos de lo más peregrinos: "Que si es que lo han vetado de la Sexta" -cuando no dejan de darle bombo y plató-, "que en realidad ha sido capaz de engañar a los directivos y dueños de la Sexta" -cómo si el Marqués de Lara, dueño de la Sexta (también de Antena 3 y LA RAZÓN) y con raíces familiares franquistas fuese un imbécil que se hubiera construído su fortuna a base de ser "el tonto del pueblo"-.
Los medios de comunicación obedecen, y eso una persona que sea de la izquierda, debería saberlo, a los intereses de los propietarios de las distintas televisiones, radios, periódicos y grandes mass media. Pensad que ahora se van a hacer el harakiri, al mismo tiempo que siguen dando cancha a los fascistas ucranianos y criminalizando a quienes luchan contra ellos, es, realmente, tener una inocencia que no tendría ni un niño de 12 años.
Si Pablo Iglesias y PODEMOS fuesen a acabar con el sistema capitalista, e incluso, a hacer una reforma radical que cumpliese todos los puntos de su programa, no tardarían los mismos medios que ahora le dan pábulo en criminalizarlo o simplemente, silenciarlo.
Desgraciadamente el éxito relativo de PODEMOS solo se explica por esas razones, a las que hay que añadir la misma mentalidad general. Si queremos cambiar las cosas hay siempre dos caminos, por norma general. Uno fácil y otro más complejo. Uno que requiere pocos esfuerzos y da soluciones rápidas y otro que necesita de un largo trayecto. Pero como suele decirse de los vendedores "nadie da duros a cuatro pesetas". La solución de PODEMOS, a la vista de su desarrollo y las noticias aparecidas estos días es más de lo mismo, unas reformitas por aquí con la ilusión de algunos de volver al año 2005 y que "el sistema vuelva a funcionar". El sistema capitalista, verdadero responsable de los males, el mismo que ha permitido que España tenga un 30% de pobreza infantil como en la posguerra, seguirá existiendo.
Podemos recuerda mucho a esa ilusión que vivieron mis padres en 1982, cuando el PSOE alcanzó el Gobierno. Es más, en aquella ocasión, el discurso del PSOE de finales de los 70 y principios de los años 80 era mucho más izquierdista que Podemos, y no lo digo yo, lo dicen incluso las hemerotecas. Y hoy, todos sabemos en que ha quedado aquello: En un sistema capitalista mucho más salvaje, con más precariedad laboral, con mucha más desigualdad, tras 21 años de Gobiernos del PSOE. Por no hablar de que la Ley por la cual muchos comen cárcel por defender nuestros derechos es una ley del PSOE de 1992, de ese PSOE que en los 80, como Podemos ahora es la gran esperanza para muchos pero, quien sabe si al final volverá a convertirse en humo. Porque cuando los que tienen en su mano el control de la información dan cancha a alguien, suele pasar, salvo contadas excepciones, que no advierten un peligro en él.
El tiempo dará y quitará razones, pero esta es mi opinión sobre Podemos. Y cuánto, no sois conscientes de cuánto, me gustaría equivocarme.