Supongo que a nadie le resulta difícil recordar la famosa entrevista que se le hizo en un programa de televisión al hijo de la duquesa de Alba, asunto que despertó una enorme indignación, ya que este se quejaba de la existencia del PER, justificaba el cobro de las millonarias subvenciones que recibe su familia y añoraba los tiempos medievales, recordando que los andaluces que están en paro son unos gandules, cosa que el no es, ya que es un Grande de España.
Permítanme que me ría para mis adentros con fuerza, pero no comprendo de donde viene el motivo de la indignación de la gente. Lo que ha dicho el señor de Irujo es la esencia de esa monarquía que defienden a capa y espada muchos españoles. Si acaso de lo que me puedo reír -porque así puedo hacerlo, dado el caso- sea de la desinformación que existe sobre el PER, la Monarquía española y otros asuntos que en ese video se visionan. El señor de Irujo ha sido fiel a lo que defiende. Ha dicho la verdad, y ha hecho gala de su clase social. Quienes no lo hacen son algunos de ustedes -permítame el lector esa licencia- que no entienden nada del tinglado sobre el que se asientan las cosas. No se ofenda. Si, usted, que está leyendo. Usted es quien probablemente este defendiendo una cosa y la contraria. De ahí mi sorpresa ante su indignación.
La existencia de títulos nobiliarios solo es posible con una Monarquía. El hecho de que nuestro país sea monárquico permite, POR LEY, la desigualdad social, pero no ya decimonónica, sino de origen feudal. La Monarquía reconoce títulos nobiliarios. Es decir, reconoce que no todos los españoles son iguales. Esa es el primer dato que posiblemente usted desconociese, asi que revise lo que defiende. Porque quizá sea diferente a lo que le han contado. Solo con un régimen republicano, como el existente en 1931, u otro de distinto cariz, pero REPUBLICANO, esos títulos dejarían de ser reconocidos, de forma que en virtud de derecho, todos los españoles fueran iguales ante la ley y tuvieran el mismo reconocimiento, cosa que al aceptarse la existencia de Títulos nobiliarios, se rompe dicho reconocimiento de igualdad. Y conste que no he hablado de igualdad social, que es una quimera y más en este país, sino de igualdad de reconocimiento personal.
En segundo lugar muchas personas desconocen que es el PER. Muchas fuera de Andalucía y Extremadura lo consideran injusto. El PER es una concesión a esa nobleza latifundista por parte del PSOE en 1984 para mantener la paz social. El PER es un subsidio que permite a los jornaleros andaluces y extremeños, donde domina el latifundio como en el siglo XVI, disfrutar de su silencio a cambio de una limosna -no crean que el PER da para muchos caprichos-. Sin el PER, Andalucía hubiera sufrido tarde o temprano un estallido social en los 80. Pero retrocedamos un poco en el tiempo para dar una explicación más didáctica a este hecho -la profesión va por dentro-.
Andalucía y Extremadura han tenido siempre el dominio de la gran propiedad terrateniente. Ni la débil revolución liberal que se dio en España consiguió arrancar a la todopoderosa nobleza terrateniente ese privilegio. Solo se pudo hacer durante la República -curiosamente, volvemos a hablar de ella-. Cuando existe ese dominio latifundista en que unas pocas familias controlan casi el 75% de la superficie agrícola, en todos los países se hacia una REFORMA AGRARIA, consistente en la expropiación de esa tierra, de forma que esta fuera dividida en pequeños lotes que eran explotados por pequeños propietarios, lo que beneficiaba al país, ya que la producción aumentaba. A ello se sumaba que allí donde existía esa gran propiedad los jornaleros pasaban grandes periodos sin trabajo en los que la vida, el hambre y la miseria eran el pan nuestro de cada día.
Por esa razón, la República trató de mejorar la situación mediante una Reforma Agraria. Esta obligaba a contratar a jornaleros del pueblo y expropiaba aquellas tierras muertas que no se cultivasen. Muchos terratenientes boicoteaban la labor reformista de la Segunda Republica dejando de sembrar, aumentando así la conflictividad social y devaluando la moneda, al grito de "¿No queríais República? Pues ale, comed República"
La Reforma Agraria fue fuertemente combatida por la derecha. No por casualidad, el primer decreto de Franco fue la derogación de dicha Reforma Agraria. Al campo andaluz regresaron las escenas de antaño. Aquellas en las que los jornaleros pobres, cual prostitutas, en la plaza del pueblo, exhibían sus encantos al señorito (en este caso su fuerza física y su capacidad de aguante, así como su aceptación de un salario miserable). Y como en una subasta el señorito regateaba con el jornal (sueldo del día que recibía el jornalero). A continuación elegía a los jornaleros que irían a trabajar, condenando de esta forma al hambre a aquel que no hubiera sido seleccionado, ante la atenta mirada de la Guardia Civil, por si alguno se rebelaba y había que pegarle dos tiros.
Esta situación se mantuvo hasta 1984. Con los socialistas en el Gobierno, en lugar de plantear una Reforma Agraria que redistribuyera esa tierra en pequeñas propiedades (opción posible) o las convirtiera en tierras del Ayuntamiento explotadas por los campesinos del pueblos (opción probable), se prefirió tirar de Presupuestos para mantener la propiedad en manos de esas familias aristócratas y al mismo tiempo mejorar la situación de los jornaleros. Una vez que hubiera acabado la temporada (periodo de tiempo en el que se trabaja en el campo, ya sea en la recogida o en la siembra) tendrían una prestación para evitar el hambre, dado que hay gran cantidad de pueblos en los que la agricultura sigue teniendo un importante peso.
De esta forma, o se mantiene el PER o la situación de Andalucía estallaría en una conflictividad social sin precedentes, dado que condenaría a muchas familias a pasar meses sin ingresos. Y dado que no existe voluntad ni en el PSOE (no digamos en la derecha) de hacer dicha reforma que Andalucía lleva ya esperando dos siglos -en Francia se hizo en 1792- nadie puede, con estos datos, afirmar que el PER sea un subsidio ni que los andaluces sean unos vagos.
Gracias a ese mantenimiento del latifundio la familia de Alba se embolsa jugosas subvenciones europeas, que en caso de que España hubiera realizado una Reforma agraria - en caso de que la Republica no hubiera sido aniquilada por la fuerza de las bombas y los tiros- esas subvenciones podrían gastarse en colegios, hospitales, carreteras, en Asistencia Social o en gastos mucho más rentables que pasar a las millonarias cuentas de una familia de terratenientes.
Pero el pueblo español quiere una Monarquía y la defiende con uñas y dientes, salvo un sector cada vez más numeroso de gente que empieza a estar hasta las narices de esa imposición de la Transición. Porque muchos argumentan que la Monarquía se acepto en 1978 en un referéndum, olvidando que quien designo al Rey fue Franco, que en ese referéndum no se daba otra opción y de que existía una amenaza de Golpe Militar que forzó a muchos a aceptar esa Monarquía postfranquista como "mal menor".
Esa monarquía es por la cual el Señor de Irujo puede hacer alegremente esas afirmaciones, por la cual sus tierras no han sido repartidas o expropiadas, por la cual en caso de que el próximo gobierno del PP en Andalucía eliminase el PER, miles de familias pasarían hambre como en los viejos tiempos.
Este régimen monárquico al que muchos, sin comprender su funcionamiento, aplauden a rabiar, olvidando o desconociendo gran parte de los lastres que arrastra el Estado español debido a su existencia. Este régimen monárquico que algunos relacionan con la democracia y el bienestar (ignorando que el Golpe de Estado estuvo planificado por gente del entorno del Rey, curiosamente). Este régimen que graciosamente tras 33 años han decidido publicar lo que cobran, demostrando que su Majestad cobra el sueldo de 7 presidentes del Gobierno sin hacer prácticamente nada. Ello sin contar con los casi 20 millones entre gastos declarados y gastos extras que se gasta la "adorada" -nótese la ironía- Casa Real.
Ahora muchos claman contra Urdangarin, olvidándose de que la infanta era socia a partes iguales con el susodicho, al que yo cada día estoy más convencido que han usado de víctima propiciatoria para seguir con la leyenda real 30 añitos más, y a seguir viviendo del cuento. De otro modo ¿Por qué siempre se cita a Urdangarin y nunca a su esposa que participaba en la misma fundación?¿Cómo puede desconocer la mujer los negocios de su marido?¿Por qué ella no va a ser imputada y el sí?¿Por qué se le da tanto bombo incluso por la prensa más adicta al Rey al Caso Urdangarin?¿Cómo se ha tardado tanto en saber este caso y porque ahora que se avecinan tiempos tan duros?¿No han pensado ustedes, conociendo como actúan estos Borbones, que sea un as en la manga para cuando la monarquía estuviera en horas bajas?¿Por qué surge el escándalo una semana después de que por primera vez en 33 años el CIS diera a la Monarquia una valoración inferior a 5?¿Quién ha quedado como un ladrón y quien como honesto sin serlo?
España sigue siendo aquel país en que tras el regreso de Fernando VII los españoles tiraban a los caballos del carruaje del Rey y se ponían ellos a llevarlo gritando "Vivan las Caenas". El país donde a muchos les encanta su rey y su monarquía, pero que posteriormente se indignan cuando un noble que lo es por esa monarquía expresa su opinión y su posición de fuerza que le da la existencia de ese régimen medieval.
Entonces, ¿de qué se quejan? ¿Por qué esa doble moral?
Por eso yo no tengo reparo alguno en afirmar coherencia y decir alto y claro ¡Viva la República!