Esta es la realidad objetiva, y esoy eso, a pesar de que al filo de la media noche algunos pretendieron impugnar TODAS las papeletas del Senado, porque no les gustaba el color. Supongo que no les gustaba la gaviota, y querían a toda costa que llevasen la rosa. Luego nos acusan de crispar y ellos se erigen enabanderados del talante. "
Publicado en la Página Web del PP de Mutxamel, y lo firma Sebastián Cañadas Gallardo, presidente del PP de Mutxamel.
Decia el conocido intoxicador Goebbels, que una mentira repetida cien veces se convierte en una verdad. Por desgracia, esta máxima no ha pasado de moda y hay muchas veces en la que se utiliza. Tras recibir una llamada de una compañera de Juventudes Socialistas, pude observar con mis propios ojos lo que me habían comentado.
Esta es la versión que Sebastián Cañadas da, de forma sesgada, a lo que allí ocurrió. El que escribe estas líneas, que ha preferido "laissez faire, laisser passer" (dejar hacer, dejar pasar), indignado con la actitud victimista de algunas personas, desea exponer lo que allí sucedió:
Llegada la hora del recuento, que es público, se cuentan las papeletas del Congreso y posteriormente las del Senado. Como dice la Ley Electoral "las papeletas serán de color sepia, pudiendo tener diferente tonalidad de dicho color siempre y cuando se vea garantizado el secreto de voto y dicho color no difiera significativamente del color oficial. Pincha aquí para leer la ley que lo regula.
Conforme avanzaba el recuento del Senado, varios interventores y yo, observamos que mientras el color de unas papeletas, las menos, eran sepia o salmón, otras tenían un tono marrón, totalmente diferente al color anterior. A lo que se podía también observar que dichas papeletas eran todas papeletas con la cruz marcada "de imprenta" con el voto al PP.
Ante esta coincidencia planteamos, tras consultar con el Gabinete Juridico del PSOE, si ello sería motivo de impugnación, dado que, según mi crtiterio, podía no respetarse el secreto de los electores. La respuesta fue SI, con lo que procedí a avisar a las personas que había de interventores en la Casa de la 3ª Edad, donde yo me encontraba, asi como comentar con la interventora del PP, Loreto Brotons, si podía averiguar la validación de ese modelo de papeleta por la Junta Electoral.
Al cabo de unos diez minutos acudieron en tono desafiante, el Señor Cañadas, el señor Cuevas y varias personas más de su partido. Lo que alli sucedio tendría que haberse grabado y colgado en YouTube: gritos, descalificaciones y mofa contra mi persona. Por más que trataba de explicar, con toda la calma posible (y les aseguro que era dificil mantener la calma) el porque de la impugnación, las respuestas eran de lo más variadas: "Que problema tienes", "Te pasa algo" "que coño le pasa a las papeletas...sabes lo que le pasa, individuo, que estan descolorías del Soool" "Manda güevos" En un tono barriobajero y falto de modales, tenia que escuchar todas estas lindezas tratando de contner la rabia.
Cuando finalmente se decidió, para evitar alargar el recuento, proceder al levantamiento de la impugnacion, uno de los interventores del PSOE decidió, con una argumentación lógica, mantener la impugnación en su mesa, algo que puede decidir libremente, pese a que en ninguna otra mesa se había mantenido dicha impugnación. Entonces fue él el blanco de las iras de igual modo que yo lo habia sido antes. Hasta que finalmente pudimos irnos todos de allí tras levantar la impugnación, a celebrar, ahora si, la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero con ganas.
Pero fue una noche un poco triste. Triste ver que personas que representan al pueblo entero, no solo a sus votantes, sino a todos los ciudadanos, y que cobran un sueldo mensual del erario público, puedan ser capaces de perderle el respeto a una persona por el simple hecho de tener una opinión distinta o criterio diferente al suyo. Y más triste aún ver que quien mas habla es quien más tiene para callar, máxime si se trata de embuste. Y sin poder dar derecho a réplica, por lo que muchos del PP usan o vigilan este foro, porque nos consta.
Solo hay algo en ese parrafo que es indiscutible. Y es que el PP consiguió un buen resultado en Mutxamel, y que obtuvo un porcentaje satisfactorio. Un 50 % de los votos. Lo que no me explico es si, conocido ese dato, la mejor forma de celebrarlo es descargar la furia de la victoria efimera contra el diferente. En fin...
Julián Jiménez García