Votación de la propuesta de huelga que realizamos en la Asamblea del Figueres Pacheco el 8 de marzo. |
Asamblea de la CPI que decidió trabajar abiertamente la huelga |
Por diversas circunstancias, que no vienen a cuento,
llevaba deseando escribir esta opinión personal desde hace días. Concretamente,
desde el miércoles 3 de abril, día en el que la realidad superó a la ficción:
tras un intenso mes de lucha en la Educación Pública valenciana, todo se
desmoronaba para muchos.
Tras muchos meses siendo casi una voz en el desierto, indicando la necesidad de una fuerte movilización entre el colectivo de docentes pero, especialmente, dentro de este, del colectivo de interinos, tras meses de apatía en los que los miembros de la Coordinadora de Professorat Interí, entre los que me encuentro, avisábamos no solo de los miles de despidos producidos ya en los años 2011 y 2012 (exigiendo la readmisión de los trabajadores de la Educación Pública despedidos), sino, al mismo tiempo, de los planes de Consellería de Educaciónpara con los interinos y, tras advertir que, lo que se estaba aprobando y decretando en Madrid no tardaría en llegar al País Valenciano, nos encontramos con la nueva invención de la Consellería de Educación: la rebaremación de las bolsas de interinos, lo que conllevaría el despido casi inmediato de más de 7.000 docentes.
A raíz de la medida y de las justificaciones de la medida, se inició un proceso de movilización en el que los trabajadores o una parte de ellos, principalmente en la provincia de Alicante, reclamábamos una respuesta contundente a la contundente agresión de la Consellería de Educación.
Este proceso llegó a su climax cuando, tras una serie de concentraciones bastante numerosas en todo el País Valenciano, fueron convocadas Asambleas de profesorado interino, con amplia asistencia y participación. Una de ellas, y la que arrastró al resto fue la Asamblea del IES Cavanilles. En dicha asamblea, donde, como de costumbre, había debates de todo tipo, varios compañeros, entre los que me encuentro, y a pesar de voces que pedían huelgas simbólicas (de horas, de hambre, etc) propusimos abiertamente la elevación de la propuesta de una huelga indefinida durante los días laborables, totalmente superadora de las huelgas de un día o de horas…. que son refugio de aquellos que desmovilizan o se abstienen de mojarse, pues como todos conocemos, una huelga de un día en el sector educativo es y tiene una repercusión mínima.
A pesar de los intentos de quienes son dados a “dirigir” las asambleas, la Asamblea votó: HUELGA INDEFINIDA DÍAS LABORABLES por una aplastante mayoría, como se muestra en la foto superior. Los argumentos eran suficientemente convincentes: tenía que hacerse antes de decretarse o acordarse la muerte de interinos, tenía que hacerse con energía. Era una llamada a todos los sindicatos a calentar el ambiente de huelga y a mostrar el apoyo a esa huelga, nacida de la voluntad de los trabajadores interinos de la Enseñanza Pública valenciana.
Muy al pesar de muchos, y a pesar de que en Alicante el bloque de sindicatos de clase o de izquierdas parecía dispuesto a aprobar dicha convocatoria, nos encontramos con que, finalmente, tomado el mismo acuerdo en Valencia y Castelló, la Asamblea de docentes y la Coordinadora de Professorat Interí solo íbamos a tener el apoyo de un sindicato, el STEPV, frente al resto. Sindicato que, a pesar de no ser mi sindicato ni el de muchos de los docentes interinos que recibieron la agresión de la Consellería, dió, por las razones que fueran, un apoyo sincero y leal en todo momento, respaldando abiertamente el posicionamiento de las asambleas y de la Coordinadora.
Muchos no comprendíamos las razones que llevaban a Comisiones Obreras y la Federación de Española de Trabajadores de la Enseñanza (FETE-UGT) a no apoyar a sus trabajadores, máxime cuando ambas organizaciones estaban presentes en las Asambleas y, concretamente, en el caso de CCOO, la asamblea interna de Alicante hablaba, en una parte importante, de dar apoyo a la huelga.
Tras seis días de huelga indefinida durante los días laborales, y a la espera de que pasaba con el Acuerdo o Decreto, fuimos compenetrando muchos compañeros. Sirvió para ver como un importante sector de docentes se mojaba y se lanzaba a defender a muerte sus derechos, dando un fuerte respaldo a la huelga, sobre todo en los primeros días. Ello hizo que muchos nos conociéramos, compartiéramos experiencias y generaramos espacios de debate en los cuales podíamos compartir nuestras impresiones, dudas, certezas e incertidumbres.
A pesar de la campaña vía red de los sindicatos contrarios a la huelga y a pesar de la actitud de la Consellería, el seguimiento de la huelga fue importante, teniendo en cuenta en parte el aburguesamiento del sector docentes desde hacía años y a pesar de tener todos los alicientes para que fuera un fracaso: Contaba solo con el apoyo del STEPV y la Coordinadora de Professorat Interí (en adelante, CPI), contexto de grave situación económica, importancia de la hipoteca en muchos hogares, la existencia de interinos que se daban (y siguen pensando) por salvados, etc. Con todos esos datos, conseguir porcentajes de respaldo a la huelga que oscilaban entre el 30,5% del quinto día de huelga y el 60% del primero, da muestra del respaldo (y del cabreo) existente.
Justo el último día de huelga, tuvimos la información de la fecha en la que se decretaría sería el día 3 y decidimos que íbamos a convocar desde la noche hasta la hora de la firma. Los trabajadores respondieron: sabíamos que ANPE y CSIF firmarían a favor, porque su labor no es ayudar a la estabilidad del colectivo docente, sino embaucarle y venderle cursillitos. Pero muchos de nosotros nos indignábamos y sorprendíamos de los argumentos que esgrimían los representantes de CCOO: firmar y aceptar el acuerdo con Consellería para echar a un 65% y salvar a unos pocos. Temores que se confirmarían el día de la firma.
Ese día muchos compañeros fueron a Valencia a la Consellería d’Educació a reclamar contra los miles de despidos, el enchufismo facilitado y opaco, la división total en los trabajadores, creando dos clases de interinos para dividir a los trabajadores.
A la salida, se supo que el Acuerdo de Interinos de la Comunidad Valenciana recogía alguna mejoras, pero mantenía el despido de 5.000 docentes. Ese día (yo no pude estar) muchas personas rompieron a llorar de frustración y de rabia: habían luchado, habían peleado como nadie y sin embargo, les acababan de destruir su futuro laboral tanto dentro como fuera de la Enseñanza Pública. Y esa impotencia, esa desesperación y esa angustia pasó a ser ira con aquellos que habían apuñadado a los trabajadores, e incluso, a sus mismos afiliados que, curiosamente, además del ANPE y CSIF, eran CCOO y UGT. Tal era la ira de los trabajadores y trabajadoras, algunos con lágrimas en los ojos, que no dudaron primero en exigir explicaciones a sus representantes y, dada la actitud prepotente y fascista de estos (os pongo fotos de las sonrisas que mostraban tras haber firmado el acuerdo) y después organizarles un “Escrache” en toda regla. Era algo sorprendente: Representantes de los trabajadores abucheados por sus trabajadores y protegidos por los mismos policías que abrieron la cabeza a muchos alumnos del Lluis Vives.
Los representantes de FE CCOO y FETE-UGT no dudaron, a pesar de su actitud chulesca, la protección policial que gozaban y la contención de los trabajadores a los que habían acabado de vender en bandeja de plata frente a la Consellería de Educación (del PP, para más señas) de montar un numerito de victimismo hablando de agresiones y exigiendo perdón a la Coordinadora y a los trabajadores concentrados allí.
Como merecían, los vendeobreros no recibieron la disculpa, sino un buen rapapolvo en forma de comunicado de la Coordinadora. ¡Había que tener vergüenza de exigir perdón quiénes habían firmado el despido directo o indirecto de 5.000 trabajadores de la Enseñanza Pública, habían dividido a los trabajadores y habían regalado a la Consellera de Educación la fama de ser una persona “dialogante” después de haber masacrado a la Escuela Pública!
Era lo máximo que este que escribe podía soportar. Tras muchas cosas que criticar, tras muchas bajadas de pantalones del sindicato CCOO, tras muchos gestos que asqueaban (como la invitación a Rosell, como la actitud antimovilizadora durante muchas ocasiones) y, a pesar de ello, haber sido leal y haber defendido al sindicato en todas las movilizaciones convocadas, el vaso de agua había rebosado totalmente. Permanecer dentro del sindicato, después de esa puñalada a la clase trabajadora era incomprensible. ¿Democrático? ¡Pero qué democracia, si al final tres representantes habían firmado una cosa teniendo en contra a sus mismos afiliados!
Por esa razón, muchas razones anteriores, y a pesar del respeto que me merece muchísima gente de dentro del sindicato (e incluso parte de la dirigencia de mi comarca), la decisión estaba más que meditada: CCOO no podía seguir siendo mi sindicato después de esa puñalada a traición. Después de vender a 5.000 trabajadores y compañeros míos de la Escuela Pública. Después de haberse negado a respaldar una huelga más que necesaria y actuar como un sindicato amarillo a favor de la patronal (en este caso la Consellería d’Educació) y en contra de los trabajadores, a pesar de la diferente postura de la comarca Alacantí-Les Marines, que si dió respaldo activo aunque no oficial a la protesta, a pesar de lo que marcaban los líderes en Valencia.
Este escrito no pretende ser solo el relato de lo sucedido en País Valencià (puesto que ya había sucedido algo similar en Castilla La Mancha), sino también una advertencia a otros compañeros docentes interinos de otras CC.AA. para estar alerta: para impedir que sean teledirigidos al matadero de una firma que supone su muerte laboral (la de todos, por mucho que ahora algunos crean estar salvados). Para impedir que miles de trabajadores tengan que soportar el amargo trago que supone que un sindicato que en el pasado fue ejemplo de lucha, dignidad, coherencia y resistencia, se convierte en el fiel amigo del PP y de sus políticas a cambio de no se sabe muy bien que, convirtiéndose, por ende, en un enemigo de los trabajadores a los que dice representar y a los que deja a los pies de los caballos.
Agresion es lo firmado el 3 de abril. Agresión es mandar a 5.000 trabajadores al paro. Agresión son las risas de los delegados sindicales de la FE CCOO PV Xelo Valls, Miguel A. Vera y Paco Rodriguez, mientras los trabajadores derramaban lágrimas por un despido inminente. Agresión es estar vendido por cuatro liberados. Agresión hubiera sido, como comentaba a este que escribe un minero de León afiliado a CCOO, que de haber firmado un similar acuerdo para el sector minero “esos desgraciados no hubieran caminado dos metros sin recibir una soberana paliza y ser enviados al hospital” (palabras textuales).
Agresión es traicionar a quienes hemos defendido a CCOO. A quienes pensamos que el sindicalismo es necesario, pero un sindicalismo de verdad, honesto y de confrontación, de lucha, con conciencia de clase obrera; y no un sindicalismo de firma, de foto, de venta a pedazos a la clase trabajadora, de traiciones y puñaladas y de considerar positivo recibir migajas. Porque los trabajadores exigieron no firmar ese acuerdo, pues era la misma Consellería la que había roto el anterior acuerdo y, en todo caso, solo firmar en caso de salvar a todos los trabajadores o intentar hacerlo vía judicial, visto el precedente canario de 2010 o vía movilización, visto el precedente andaluz de 2010.
Todo este proceso ha servido, o al menos a muchos, nos ha servido para entender los porqués del fracaso de las movilizaciones del pasado año. Para entender la incomprensible actuación de unas cúpulas burocráticas alejadas de los trabajadores. Para llevarse un último y definitivo golpe con aquellas siglas sindicales en las que muchos creyeron en los años 60 y 70 pero a las cuales la dirigencia sindical ha convertido en un pozo de mediocridad, mentalidad burguesa y desmovilización constante. A pesar de la gran cantidad de gente decente de base e incluso activamente dentro de CCOO, pero cuya labor es ocultada y pisoteada por las cúpulas que obedecen más a sus intereses que a los de los trabajadores y trabajadoras.
Como todo lo malo hay algo bueno: También ha servido para comprobar la dignidad de muchos trabajadores, para ver claramente la existencia de personas que luchan por sus derechos, para compartir experiencias con compañeros a los que se puede llamar Compañeros con mayúsculas. Compañeros con los que he coincidido como Sergio, Agustin, Ana, M Angels, Jose, Lucia, Ana, Robert, Encarna, Nelo, Sònia, Marc, Candi, Rosi, Ester, Gloria, Cristina, Alvaro, Maria José, Francesc, Ximo, Claudia, Maylin, Maria y muchísimos más.
La lucha ha sido y seguirá siendo el único camino. Si el acuerdo este es una basura, de no haber plantado cara, sería mucho peor, eso no debe cabernos duda alguna (y quien crea lo contrario puede ver el acuerdo decretado en Madrid).
Tras muchos meses siendo casi una voz en el desierto, indicando la necesidad de una fuerte movilización entre el colectivo de docentes pero, especialmente, dentro de este, del colectivo de interinos, tras meses de apatía en los que los miembros de la Coordinadora de Professorat Interí, entre los que me encuentro, avisábamos no solo de los miles de despidos producidos ya en los años 2011 y 2012 (exigiendo la readmisión de los trabajadores de la Educación Pública despedidos), sino, al mismo tiempo, de los planes de Consellería de Educaciónpara con los interinos y, tras advertir que, lo que se estaba aprobando y decretando en Madrid no tardaría en llegar al País Valenciano, nos encontramos con la nueva invención de la Consellería de Educación: la rebaremación de las bolsas de interinos, lo que conllevaría el despido casi inmediato de más de 7.000 docentes.
A raíz de la medida y de las justificaciones de la medida, se inició un proceso de movilización en el que los trabajadores o una parte de ellos, principalmente en la provincia de Alicante, reclamábamos una respuesta contundente a la contundente agresión de la Consellería de Educación.
Este proceso llegó a su climax cuando, tras una serie de concentraciones bastante numerosas en todo el País Valenciano, fueron convocadas Asambleas de profesorado interino, con amplia asistencia y participación. Una de ellas, y la que arrastró al resto fue la Asamblea del IES Cavanilles. En dicha asamblea, donde, como de costumbre, había debates de todo tipo, varios compañeros, entre los que me encuentro, y a pesar de voces que pedían huelgas simbólicas (de horas, de hambre, etc) propusimos abiertamente la elevación de la propuesta de una huelga indefinida durante los días laborables, totalmente superadora de las huelgas de un día o de horas…. que son refugio de aquellos que desmovilizan o se abstienen de mojarse, pues como todos conocemos, una huelga de un día en el sector educativo es y tiene una repercusión mínima.
A pesar de los intentos de quienes son dados a “dirigir” las asambleas, la Asamblea votó: HUELGA INDEFINIDA DÍAS LABORABLES por una aplastante mayoría, como se muestra en la foto superior. Los argumentos eran suficientemente convincentes: tenía que hacerse antes de decretarse o acordarse la muerte de interinos, tenía que hacerse con energía. Era una llamada a todos los sindicatos a calentar el ambiente de huelga y a mostrar el apoyo a esa huelga, nacida de la voluntad de los trabajadores interinos de la Enseñanza Pública valenciana.
Muy al pesar de muchos, y a pesar de que en Alicante el bloque de sindicatos de clase o de izquierdas parecía dispuesto a aprobar dicha convocatoria, nos encontramos con que, finalmente, tomado el mismo acuerdo en Valencia y Castelló, la Asamblea de docentes y la Coordinadora de Professorat Interí solo íbamos a tener el apoyo de un sindicato, el STEPV, frente al resto. Sindicato que, a pesar de no ser mi sindicato ni el de muchos de los docentes interinos que recibieron la agresión de la Consellería, dió, por las razones que fueran, un apoyo sincero y leal en todo momento, respaldando abiertamente el posicionamiento de las asambleas y de la Coordinadora.
Muchos no comprendíamos las razones que llevaban a Comisiones Obreras y la Federación de Española de Trabajadores de la Enseñanza (FETE-UGT) a no apoyar a sus trabajadores, máxime cuando ambas organizaciones estaban presentes en las Asambleas y, concretamente, en el caso de CCOO, la asamblea interna de Alicante hablaba, en una parte importante, de dar apoyo a la huelga.
Tras seis días de huelga indefinida durante los días laborales, y a la espera de que pasaba con el Acuerdo o Decreto, fuimos compenetrando muchos compañeros. Sirvió para ver como un importante sector de docentes se mojaba y se lanzaba a defender a muerte sus derechos, dando un fuerte respaldo a la huelga, sobre todo en los primeros días. Ello hizo que muchos nos conociéramos, compartiéramos experiencias y generaramos espacios de debate en los cuales podíamos compartir nuestras impresiones, dudas, certezas e incertidumbres.
A pesar de la campaña vía red de los sindicatos contrarios a la huelga y a pesar de la actitud de la Consellería, el seguimiento de la huelga fue importante, teniendo en cuenta en parte el aburguesamiento del sector docentes desde hacía años y a pesar de tener todos los alicientes para que fuera un fracaso: Contaba solo con el apoyo del STEPV y la Coordinadora de Professorat Interí (en adelante, CPI), contexto de grave situación económica, importancia de la hipoteca en muchos hogares, la existencia de interinos que se daban (y siguen pensando) por salvados, etc. Con todos esos datos, conseguir porcentajes de respaldo a la huelga que oscilaban entre el 30,5% del quinto día de huelga y el 60% del primero, da muestra del respaldo (y del cabreo) existente.
Justo el último día de huelga, tuvimos la información de la fecha en la que se decretaría sería el día 3 y decidimos que íbamos a convocar desde la noche hasta la hora de la firma. Los trabajadores respondieron: sabíamos que ANPE y CSIF firmarían a favor, porque su labor no es ayudar a la estabilidad del colectivo docente, sino embaucarle y venderle cursillitos. Pero muchos de nosotros nos indignábamos y sorprendíamos de los argumentos que esgrimían los representantes de CCOO: firmar y aceptar el acuerdo con Consellería para echar a un 65% y salvar a unos pocos. Temores que se confirmarían el día de la firma.
Ese día muchos compañeros fueron a Valencia a la Consellería d’Educació a reclamar contra los miles de despidos, el enchufismo facilitado y opaco, la división total en los trabajadores, creando dos clases de interinos para dividir a los trabajadores.
A la salida, se supo que el Acuerdo de Interinos de la Comunidad Valenciana recogía alguna mejoras, pero mantenía el despido de 5.000 docentes. Ese día (yo no pude estar) muchas personas rompieron a llorar de frustración y de rabia: habían luchado, habían peleado como nadie y sin embargo, les acababan de destruir su futuro laboral tanto dentro como fuera de la Enseñanza Pública. Y esa impotencia, esa desesperación y esa angustia pasó a ser ira con aquellos que habían apuñadado a los trabajadores, e incluso, a sus mismos afiliados que, curiosamente, además del ANPE y CSIF, eran CCOO y UGT. Tal era la ira de los trabajadores y trabajadoras, algunos con lágrimas en los ojos, que no dudaron primero en exigir explicaciones a sus representantes y, dada la actitud prepotente y fascista de estos (os pongo fotos de las sonrisas que mostraban tras haber firmado el acuerdo) y después organizarles un “Escrache” en toda regla. Era algo sorprendente: Representantes de los trabajadores abucheados por sus trabajadores y protegidos por los mismos policías que abrieron la cabeza a muchos alumnos del Lluis Vives.
Los representantes de FE CCOO y FETE-UGT no dudaron, a pesar de su actitud chulesca, la protección policial que gozaban y la contención de los trabajadores a los que habían acabado de vender en bandeja de plata frente a la Consellería de Educación (del PP, para más señas) de montar un numerito de victimismo hablando de agresiones y exigiendo perdón a la Coordinadora y a los trabajadores concentrados allí.
Como merecían, los vendeobreros no recibieron la disculpa, sino un buen rapapolvo en forma de comunicado de la Coordinadora. ¡Había que tener vergüenza de exigir perdón quiénes habían firmado el despido directo o indirecto de 5.000 trabajadores de la Enseñanza Pública, habían dividido a los trabajadores y habían regalado a la Consellera de Educación la fama de ser una persona “dialogante” después de haber masacrado a la Escuela Pública!
Era lo máximo que este que escribe podía soportar. Tras muchas cosas que criticar, tras muchas bajadas de pantalones del sindicato CCOO, tras muchos gestos que asqueaban (como la invitación a Rosell, como la actitud antimovilizadora durante muchas ocasiones) y, a pesar de ello, haber sido leal y haber defendido al sindicato en todas las movilizaciones convocadas, el vaso de agua había rebosado totalmente. Permanecer dentro del sindicato, después de esa puñalada a la clase trabajadora era incomprensible. ¿Democrático? ¡Pero qué democracia, si al final tres representantes habían firmado una cosa teniendo en contra a sus mismos afiliados!
Por esa razón, muchas razones anteriores, y a pesar del respeto que me merece muchísima gente de dentro del sindicato (e incluso parte de la dirigencia de mi comarca), la decisión estaba más que meditada: CCOO no podía seguir siendo mi sindicato después de esa puñalada a traición. Después de vender a 5.000 trabajadores y compañeros míos de la Escuela Pública. Después de haberse negado a respaldar una huelga más que necesaria y actuar como un sindicato amarillo a favor de la patronal (en este caso la Consellería d’Educació) y en contra de los trabajadores, a pesar de la diferente postura de la comarca Alacantí-Les Marines, que si dió respaldo activo aunque no oficial a la protesta, a pesar de lo que marcaban los líderes en Valencia.
Este escrito no pretende ser solo el relato de lo sucedido en País Valencià (puesto que ya había sucedido algo similar en Castilla La Mancha), sino también una advertencia a otros compañeros docentes interinos de otras CC.AA. para estar alerta: para impedir que sean teledirigidos al matadero de una firma que supone su muerte laboral (la de todos, por mucho que ahora algunos crean estar salvados). Para impedir que miles de trabajadores tengan que soportar el amargo trago que supone que un sindicato que en el pasado fue ejemplo de lucha, dignidad, coherencia y resistencia, se convierte en el fiel amigo del PP y de sus políticas a cambio de no se sabe muy bien que, convirtiéndose, por ende, en un enemigo de los trabajadores a los que dice representar y a los que deja a los pies de los caballos.
Agresion es lo firmado el 3 de abril. Agresión es mandar a 5.000 trabajadores al paro. Agresión son las risas de los delegados sindicales de la FE CCOO PV Xelo Valls, Miguel A. Vera y Paco Rodriguez, mientras los trabajadores derramaban lágrimas por un despido inminente. Agresión es estar vendido por cuatro liberados. Agresión hubiera sido, como comentaba a este que escribe un minero de León afiliado a CCOO, que de haber firmado un similar acuerdo para el sector minero “esos desgraciados no hubieran caminado dos metros sin recibir una soberana paliza y ser enviados al hospital” (palabras textuales).
Agresión es traicionar a quienes hemos defendido a CCOO. A quienes pensamos que el sindicalismo es necesario, pero un sindicalismo de verdad, honesto y de confrontación, de lucha, con conciencia de clase obrera; y no un sindicalismo de firma, de foto, de venta a pedazos a la clase trabajadora, de traiciones y puñaladas y de considerar positivo recibir migajas. Porque los trabajadores exigieron no firmar ese acuerdo, pues era la misma Consellería la que había roto el anterior acuerdo y, en todo caso, solo firmar en caso de salvar a todos los trabajadores o intentar hacerlo vía judicial, visto el precedente canario de 2010 o vía movilización, visto el precedente andaluz de 2010.
Todo este proceso ha servido, o al menos a muchos, nos ha servido para entender los porqués del fracaso de las movilizaciones del pasado año. Para entender la incomprensible actuación de unas cúpulas burocráticas alejadas de los trabajadores. Para llevarse un último y definitivo golpe con aquellas siglas sindicales en las que muchos creyeron en los años 60 y 70 pero a las cuales la dirigencia sindical ha convertido en un pozo de mediocridad, mentalidad burguesa y desmovilización constante. A pesar de la gran cantidad de gente decente de base e incluso activamente dentro de CCOO, pero cuya labor es ocultada y pisoteada por las cúpulas que obedecen más a sus intereses que a los de los trabajadores y trabajadoras.
Como todo lo malo hay algo bueno: También ha servido para comprobar la dignidad de muchos trabajadores, para ver claramente la existencia de personas que luchan por sus derechos, para compartir experiencias con compañeros a los que se puede llamar Compañeros con mayúsculas. Compañeros con los que he coincidido como Sergio, Agustin, Ana, M Angels, Jose, Lucia, Ana, Robert, Encarna, Nelo, Sònia, Marc, Candi, Rosi, Ester, Gloria, Cristina, Alvaro, Maria José, Francesc, Ximo, Claudia, Maylin, Maria y muchísimos más.
La lucha ha sido y seguirá siendo el único camino. Si el acuerdo este es una basura, de no haber plantado cara, sería mucho peor, eso no debe cabernos duda alguna (y quien crea lo contrario puede ver el acuerdo decretado en Madrid).
Gracias por yu análisis y todo mi apoyo a la gente que trabajais en PRECARIO, los que más sufren la crisis
ResponderEliminarA alguns no ens sorprèn aquesta nova traïció de CCOO. Tenen ja experiència pactant els termes de la derrota i venent-ho com una victòria. La lluita de SINTEL és un clar exemple de com desmobilitzar una protesta organitzada des de la base per a, després, arribar a un acord amb l'administració que suposa una agressió als treballadors. Això és no tenir escrúpols i viure del cinisme i la complicitat amb els responsables que moltes persones acaben en la misèria. La pel·lícula sobre l'assumpte de SINTEL -"El efecto Iguazú"- es pot veure a YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=C8SQtEEJKJY
ResponderEliminarEn Madrid, también el año pasado CCOO se comprometió a apoyar lo que decidieran la asamblea regional de profesores y cuando no les gustó, dijeron que no era representativa. Yo era de CCOO por aquel entonces y asistía a las asambleas de comisiones. En ellas, los afiliados que asistían efectivamente eran contrarios a las huelgas potentes.
ResponderEliminarAbandoné el sindicato porque vi que aquellos no eran mis compañeros de lucha. Pero hay que reconocer que la forma de actuar del sindicato respondía a lo que pedía su afiliación.
Desde Asturies vos digo ke lo kemeis todo
ResponderEliminarSalud compañero.
ResponderEliminarAdmiro mucho la capacidad critica que tienes, pues mucha gente, con el carnet en la mano de CCOO, es capaz de hablar de "cupulas" sin pensar que ellos son los que mantienen ese poder.
Espero verte el 1º de Mayo en el lado de los libertarios y no los liberados.
Salud y anarquia.
Manual
Gracias por anticiparnos lo q nos viene...aunque ya se suponía...por desgracia me veré afectada por partida doble ya q por un lado soy interina en Asturias y como sabes no cobraremos el verano, no nos cuentan esos 2 meses como experiencia para oposiciones pese a haber trabajado todo el curso como el resto d interinos d otras comunidades y, a los q estamos en zonas alejadas no nos darán un punto de díficil desempeño q suma para las listas d interinos...además me afevta el rema de la minería, pues vivo en una d las zonas mineras afectadas por "Don Vito"q tú ya sabes quien es pues conozco tu apoyo a los mineros...sólo darte las gracias por entender nuestra causa...Sandra
ResponderEliminarCompany, em consta que la direcció de l'Alacantí-Les Marines a la seua executiva d'ensenyament ha fet un document que t'agradarà. Ja se que això ni a tu, ni a mi encara que no sóc interí, no ens serveix de consol, però és just que se sàpia que no tots estaven ni estan d'acord amb la signatura de la direcció.
ResponderEliminar¡ESQUIROLES!
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