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29 ago 2012

CRÓNICA DESDE TIERRAS MINERAS: Un docente valenciano en la cuenca minera leonesa (Primera Parte)


No negaré que en cierto modo la llegada a esta preciosa y bravía tierra es un descanso más que merecido a muchos meses de lucha. Prácticamente desde mayo de 2011 no he parado ni un solo momento.... y pese a todo, sigo sin hacerlo. Porque si hay algo que puede ser característico de este viaje a las tierras mineras es LA LUCHA.


Todo gira en torno a ella: la lucha de los mineros, la incertidumbre que se cierne en el sector (y en el resto de sectores), el recuerdo de los dos meses de huelga... El destino: Villablino. Y desde ahi, gracias a unas amistades que serán perennes, al resto de lugares.


El medio: aquella carta desinteresada, que me hizo conocerles, entenderles, empatizar con ellos y ellas, sentir su lucha como propia. Porque si algo he conseguido, porque desde un primer momento así lo hice (si no esa carta jamás hubiera sido escrita), es tratar de entender un conflicto en el cual alguien de fuera de las cuencas no conoce ni la mitad de las circunstancias que lo engloban.

Ellos siempre, de una forma exagerada en ocasiones (o así lo entiendo yo), han agradecido ese esfuerzo por empatizar y darles apoyo. En mi caso, siempre, les agradeceré el estupendo trato que me han dado.


Durante estos días, especialmente gracias a Tanía, Severino y Manolo, he estado disfrutando de la naturaleza, la idiosincrasia y el ambiente de la comarca de Laciana. Una tierra idilica y desconocida para mucha gente, el potencial de turismo que tiene es impresionante: clima fresco, una naturaleza exhuberante y una fauna y flora sorprendente, a lo que se une una mentalidad luchadora que llevan en la sangre.


Gelo, Pablo, Pio, María, Felipe, Guillermo, Cruci, Ana, Dani... gente extraordinaria con un trato agradable y familiar, que realmente es de agradecer para alguien que vive tan lejos y no conoce del todo la zona.


Durante esta semana visité varios pueblos y hablé con basante gente de la zona: una de las visitas fue a Mieres, donde estuve con los compañeros del Comité de Defensa de la Minería. Están trabajando duramente para sacar adelante las propuestas que surgen del mismo, colaborando con los trabajadores de la minería: una de las propuestas es una cuenta solidaria para ayudar economicamente a los mineros, asís como otra de recogida de libros y de alimentos para familias que han soportado los dos meses de huelga.

Mieres fue una de las zonas visitadas fugazmente. Otra de ellas fue la zona del Sil, donde pude conocer a dos de las personas encerradas en el pozo Santa Cruz, que sacrificaron parte de su salud por la pelea contra el Gobierno durante los meses de junio y julio. Uno de ellos tuvo la desgracia de, nada más entrar en la mina, lesionarse. Fue admirable el valor y el sacrificio de esos trabajadores, a pesar de tener que leerse cosas que no merece la pena comentar ni de pasada: suele pasar que en ocasiones quien menos se moja es quien más suele dar lecciones. Y aunque la gente idealicemos a los mineros, también ellos tienen gente que los vendería si fuese necesario por salvar su culo y que juega a reventar la unidad y la protesta.


De esa visita a Santa Cruz saqué muchas lecciones: una que el conflicto sigue abierto, para nada se ha cerrado. Otra que la situación es más delicada de lo que parece: En UMINSA se plantea una huelga, puesto que el empresario quiere pasar la factura del recorte de subvenciones a los trabajadores. Desgraciadamente, en este caso, la unidad no es igual que en la otra ocasion: mucha gente tiene miedo a ser despedida y además está el peso económico de dos meses de huelga indefinida.


Lo que los trabajadores deberían tener claro es que la base de su fuerza es la unidad: si actúan unidos, nadie podrá pararlos. Pero es necesario, e incluso OBLIGADO, que los sindicatos realicen la verdadera función que deberían tener y que no es otra que crear UNIDAD entre los trabajadores.

No hace falta ser licenciado en Lógica ni en Matemáticas para saber que, poco a poco, con nocturnidad y alevosía, y dados los precedentes de sentencias, denuncias, etc. las empresas privadas acabarán repercutiendo el recorte gubernamental en el pellejo de los trabajadores: Ya lo inició la Hullera Vasco Leonesa, con los despidos en Peal. Al parecer, las subcontratas (que nunca deberían haberse permitido porque sirven para perjudicar a los trabajadores) son las que peor futuro tienen y las que más papeletas tienen ante un posible recorte de puestos de trabajo o de condiciones laborales.

Hay dos cosas que siempre deben tenerse presente: Todos los trabajadores son iguales, y deberían estar unidos entre ellos, porque todos en su conjunto forman parte de una cadena. Cuando el eslabón más débil es machacado, desaparece. Y entonces, quien se creía seguro, pasa a convertirse en el nuevo eslabón débil. Pensar ingenuamente que "a ti no te va a llegar" es la mayor burrada que se puede pasar por la cabeza: eso pensaban los trabajadores de la obra, cuando todo iba viento en popa; eso pensaron algunos funcionarios, hasta que les tocaron tres veces el sueldo; eso pensaron algunos profesores interinos, cuando se escuchaba aquello de "si entras, ya no sales".


Por ello, la labor, en mi opinión, de muchos trabajadores del sector, después de escuchar y ver como están las cosas, debería ser ir TODOS A UNA. ¿O acaso alguien, a estas alturas de la película, cree que "a él no le va a tocar"? ¿No pensaron eso muchos, hasta que comprendieron la dura realidad?

Durante estos dos meses de conflicto los empresarios, que indirectamente se beneficiaban de la protesta obrera, no han estado ociosos. Han comprendido, mejor que nadie, el poder y la fuerza (y también la debilidad) de los trabajdores del sector minero. Por ello, se entiende perfectamente la jugada de tocar las condiciones a unos y no a todos: porque de esa forma divides a los trabajadores. Si a ello le sumas el miedo al despido, la jugada de dividir a los trabajadores será casi perfecta: está en las manos de esos trabajadores el permanecer unidos y el conocer a que personas tendrán a su lado cuando vuelva la hora de pelear por lo que costó tanto conseguir.


Termino este primer escrito, no sin agradecer por el extraordinario ambiente con el que fui dispensado en Matarrosa del Sil. No solo me sirvió para conocer un poco más del conflicto minero, sino también para conocer a gente extraordinaria como Mary, María, Toño, Nieves, Charrascas y muchos otros. Que menos que agradecerles el trato dispensado y la camaradería.

CONTINUARÁ

29 jun 2012

Segunda Carta Abierta a los Mineros: de un profesor ahora desempleado.

Estimado/a compañero/a: 

Hoy redacto esta segunda carta abierta, consciente de que, esta vez, ya te puedo tratar de tú. Posiblemente nos conocimos en Villablino o en Ciñera, o quizá en Mieres, donde tan bien me trataron tus compañeros y compañeras. Quizá fue en la Marcha, donde me hiciste casi llorar, sin merecerlo. O tal vez solo nos conocemos de la red y de los escritos que he ido subiendo desde este blog. Sea como fuere, tengo de nuevo la necesidad de volverte a escribir y, como en aquella ocasión, volverme a desahogar y a mostrar lo que siento desde dentro. 

No podía comenzar sin agradecerte y agradecer a toda tu gente el enorme apoyo moral que este profesor, amigo de sus compañeros, los trabajadores del carbón, está recibiendo por aquel gesto tan inocente. La gratitud tuya y de tus gentes es tan increible para mí, que sigo alucinando cuando recuerdo muchos momentos vividos en tu hermosa tierra leonesa o asturiana, desconocida hasta ese momento para alguien como yo. Sigo sin tener palabras suficientes para daros las GRACIAS. 

También quería felicitarte: dice un dicho que "detrás de un gran hombre hay una gran mujer". Eso será en las familias de los señoritos y de los buenos burgueses. En vuestro caso, vuestras mujeres no están detrás de vosotros, sino a vuestro lado. Yo mismo tuve el honor de asistir en Ciñera a una Asamblea de Mujeres, donde decidieron cortar la carretera, ¡¡¡ellas solitas!!!!. Y han cumplido con creces su palabra: tanto ayer como hoy, lo hicieron. Mientras vosotros estáis en los pozos, en los cortes o en la Marcha, ellas demuestran su valor, su fuerza y su compromiso. Mi enhorabuena por contar con mujeres, hermanas, madres y amigas tan valientes y tan dignas como ellas, son el ejemplo de miles de hombres y mujeres de este país que lo están pasando mal. 

Como ya me sinceré en su momento, "compañero del alma, compañero" -como dijo Miguel Hernandez- tu lucha nos ha dado fuerzas y esperanzas a miles de compañeros, trabajadores de otros sectores. Tu lucha es la luz que ilumina las tinieblas de este sistema capitalista injusto, donde se desahucia a mujeres y bebés como ayer en Oviedo. La luz que alumbra frente a todos aquellos que piensan que, sus problemas, se los resolverán esperando en el sofá. La luz, casi cegadora, que hace despertar del letargo a una sociedad que se creyó el cuento de que formaban parte de una clase media que, a la hora de la verdad, no existe. 

Cuando ayer, en el ultimo claustro de mi centro educativo, el IES Jorge Juan de Alicante, supe que muchos supuestos compañeros de profesión no tuvieron ni la más minima consideración para los profesores interinos que, en el día de mañana, iremos a la cola del paro. Cuando en estos últimos meses he tenido que ver como algunos supuestos compañeros "docentes" no han sido capaces de apoyarnos en las reivindicaciones a otros muchos compañeros que no parabamos de protestar y luchar por la defensa de una Educación Pública...Cuando el equipo directivo del IES donde trabajo no tuvo siquiera una leve muestra de solidaridad con los despedidos, solo pude acordarme de vosotros, para que se me pasase el mal trago y volver a tener una sonrisa. 

Acordarme de vuestra solidaridad, de vuestra determinación,  de vuestra capacidad de lucha. De la camaradería que existe, de la unión a muerte entre todos los que, de una forma o de otra, vivís y convivís con la mina y la minería. En mi caso, esa solidaridad y esa camaradería solo la puedo ver en un sector concienciado y combativo de mis compañeros docentes. Ese es el principal motivo de frustración. Que somos solo unos cuantos, en lugar de todos. A pesar de todo el esfuerzo que hemos puesto y que, en mi caso, me ha llegado a costar insomnio, noches sin pegar ojo, cambios de humor y estado de ansiedad contínuo, porque me hervía la sangre por dentro de ver tanto conformismo y tanto docente "contento de que le tiren a la calle".  ¡Hay que ser imbécil!

Por ello, la mejor terapia para todo ello ha sido ver como luchábais y ver como lo hacíais sin descanso ni desfallecimiento. Y el mejor regalo ha sido estar allí, entre vosotros, como uno más, como si fuera un mineru de corazón y un profesor de vocación. Compartiendo todo vuestro arrojo, vuestra fuerza, vuestras ideas claras y contundentes. Y comprobar in situ que la lucha y la dignidad empiezan por M. Por M de minero. 


Tengo ya el cese en mi mano, la carta de despido que abre para mi un futuro incierto. Pero junto a ella, tengo el firme convencimiento de que hay que seguir peleando, cueste lo que cueste y pase lo que pase. Porque así me lo enseñaron. Ya lo hizo mi bisabuelo en el 36, y pagó con su vida por ello. Mi abuelo y mi madre durante la Dictadura y la mal llamada Transición. Y ahora me toca hacerlo a mi, en esta dictadura disfrazada de democracia, como lo he venido haciendo sin descanso, ya fuera por la Educación, por la Minería, por los derechos de los discapacitados, yendo a parar un desahucio de una madre con tres hijos o escribiendo. Porque como me dijo alguien ayer, "SIN LUCHA, NO HAY VICTORIA"

Y si en algún momento he tenido ganas de tirar la toalla o he desfallecido, gracias a ti, compañero, y a todos los tuyos, he vuelto a recargar energías. He vuelto a crecerme, a creer en personas y trabajadores como tú, libres, que no se arrugan, que ni se compran ni se venden, que tienen claro que nadie nos regaló nada y que todo costó sacrificio conseguirlo y sacrificio nos costará mantenterlo. 

Por eso también te quiero dar ánimos. Te quiero animar desde estas líneas. Darte y mandarte devuelta toda la fuerza y energía que tú y los tuyos me habéis dado. Demostrarte con mis palabras, sinceras y humildes, de un compañero más, que allende tus tierras, somos muchos los que estamos con vosotros, que os vamos a apoyar y os vamos a acompañar en Madrid, y en la Marcha de la Dignidad que estáis realizando, porque sois el orgullo de la clase trabajadora de este país y la vanguardia más avanzada. Lo más digno y decente. Nuestra genuina Selección.


Por eso te pido, compañero minero, que cuando las fuerzas flaqueen, cuando el cansancio haga mella, cuando la oscuridad del pozo se haga pesada, cuando los largos dias de huelga pesen, recuerdes esta carta. Y, sobre todo, recuerdes esa máxima con la que a mi me animó una vecina de Ciñera ayer cuando estaba decaido. 


"Sin lucha, no hay victoria"


Un fuerte abrazo solidario y obrero de este profesor, ahora desempleado, llamado Julián Jiménez. 


Nos vemos en la Marcha Negra.