Sobre el Affaire "Talegón" y otras consideraciones.

Con la carta que escribí ayer, no pretendía, realmente, atacar en una persona sus incoherencias y su sorprendente y rápida  (y mediática) transformación . Más bien lo que pretendía denunciar es que la Señorita Talegón había sido como aquel video que sacaron hace poco en el PSOE, pidiendo perdón militantes de base, y que, de igual forma que esta vez, contesté con una nota en la red social, denunciando la enorme hipocresía existente en esas palabras.


Tras publicarla, jamás llegué a pensar que tendría repercusión, tanta como ha tenido. Señal de que necesitamos mucha madurez. Lo realmente importante no es lo que diga una persona, se llame Beatriz o se llame Julián, lo realmente importante es el mensaje que se lanza. Lo importante es el mensaje, y es triste que la gente se fije más en el mensajero que en el mensaje, en ambos casos.


Mi misiva solo pretendía poner los puntos sobre las íes. Ahora es muy fácil "indignarse" desde dentro del PSOE, hasta tal punto que esta señorita ha tenido el aplauso de la Directiva del PSOE (lo cual refuerza claramente lo que yo señalaba, que esto era una operación de "Corporacion Dermoestética Rubalcaba & Cia). Pero sorprende que no hubiera indignación cuando realmente empezaban las cosas a hacerse mal y se disfrutaba del Gobierno y del poder. Entonces si era complicado, como en aquel 2009, cuando yo presenté mi baja, para ser más fiel a mi coherencia y mi conciencia que al partido en el que militaba.


Tras la misiva se ha llegado a hablar de resentimiento. ¡Hasta de ser un trepa! ¿Eso es todo el argumentario que tienen contra mí los "cibervoluntarios del PSOE"? Porque me gustaría recordarles que un trepa no se va de un partido cuando este ostenta poder, no se va a participar con la izquierda más honesta, la que está en la calle, la que nada tiene,  la que lleva desde 2010 en la calle y mucho antes que yo mismo.  Un trepa se queda, un trepa calla, un trepa otorga y obedece al que le hace ascender.... Y cuando le dejan, entonces "se indigna". Y de eso pueden dar buena cuenta algunos en cierto partido. Desde luego, críticas de ese estilo, producen risa a quien tenga la más mínima conciencia crítica y no sea afectado de "fanboysmo".


¿Resentimiento? Ninguno, ninguno sobre todo con personas concretas. No puedo tenerlo porque no me mueve nunca dicho sentimiento para escribir. Si con el PSOE. Porque al igual que muchos, siento que me defraudó y lo sigue haciendo, que pretenden engañarnos, vendernos de nuevo otro "ZP". Vendernos que son la solución. Aun recuerdo como fui perdiendo la confianza en ese mismo partido al que había apoyado, como llegué a sentir que había sido engañado, como ya antes lo habían sido otros, y lo peor de todo, el sentirse mal por haber participado de ese engaño engañado y confiado.


Por esa razón, la única crítica que acepto con respecto a la carta y puedo llegar a entender es aquella que afirma "¿Tanto tardaste en darte cuenta?". Sí. Cuando perteneces a una organización y crees bienintencionadamente en ella, es difícil dejar de un día para otro de hacerlo. Es un proceso que lleva tiempo. Cuando das el paso de abandonarla, acabas "aturdido", confuso.... Como si te faltase algo.


Es cuando tus ideas, que nunca se han esfumado, y tu sentido crítico, si realmente tu participación en política es realmente para cambiar las cosas de verdad, te llevan a participar en otros movimientos, actos, acciones, etc: Homenajes a Víctimas de la Dictadura, protestas en la calle, reivindicaciones, huelgas. Decides ver nuevas perspectivas, ahora que has salido de un partido que internamente, en algunas cosas, funciona como una secta.


Cuando por fin haces eso, es cuando terminas, al menos a mí me pasó, de convencerte de que has tomado el camino correcto: es cuando pude saber que ese mismo PSOE al que yo defendí cerraba periódicos en Euskadi, colaboró en el tema de los GAL. Pero también cuando, una vez fuera, compruebas con más claridad la política derechista que sigue: bajada de sueldo de funcionarios, aplicación de las medidas dictadas desde el FMI, una Reforma Laboral en 2010, Reforma de la Constitución con apoyo del PP (esos fachas que cuando interesa al PSOE pactan siempre juntitos y se les olvida sus "peleas de cara a la galería"), etc.


Es cuando compruebas que quizá sí, quizá tardaste mucho en darte cuenta de las cosas, quizá la militancia, junto a la tradición familiar de defensa del PSOE hicieron que algunos no viéramos las cosas con claridad antes. Y por eso, uno reconoce que quizá se equivocó. Y que quizá aunque la intención fuera positiva, colaboró en exceso con un partido político que no merecía esa colaboración. Colaboración de la que, no obstante,  tampoco me arrepiento a pesar de haber cambiado sustancialmente de opinión. Porque fue bienintencionada, buscando hacer fuerza para defender las ideas que creía justo defender y de la cual, si me equivoqué, ya hice "penitencia moral" cuando tuve la impresión de que desde dentro del PSOE, tras ser crítico con las subidas del IVA o el rescate a la banca o la negación de la crisis, era imposible cambiar de verdad las cosas.

Por eso, tanto el discurso de Talegón como el vídeo de militantes me parece pose. La verdadera forma de pedir perdón es, como en mi caso, abandonando el PSOE y yendo a la calle con la gente, con la gente que lleva años en la calle, defendiendo de verdad a la clase obrera, esa de la que el PSOE jamás se ha acordado. Yo lo hice participando en las protestas que se han dado en la calle desde 2011, en paralizaciones de desahucios con gente de STOP Desahucios, en las protestas de Educación o apoyando a los mineros en su momento.

Esa ha sido mi forma de pedir perdón, de decir en voz alta "Me equivoqué". Otros lo han hecho yéndose a un partido genuinamente izquierdista. Otros en movimientos sociales. Pero pensar que el PSOE, que el mismo PSOE de "Por el Cambio" en 1982 o de "Merecemos una España mejor" de 2004 va a cambiar de verdad es ser demasiado bienintencionado o no haber comprendido nada o ser, como en mi caso, demasiado joven y crédulo para hacerlo.

A Beatriz además le han llovido críticas de sus propios compañeros, por no ser coherente con lo que ella misma defendió desde la tribuna, por su historial de cargos a dedo en política y por mil historias más. Yo no voy a entrar en eso, ni quiero, ni lo deseo, ni me parece que merezca la pena. Esos militantes sabrán porqué lo dicen y porqué se quejan. A mí me basta con el aplauso de la dirección del PSOE para entender que lo de “Beatriz y su indignación” no es más que una estrategia del PSOE para intentar de nuevo colar un “proyecto renovador”. Cambiar, en definitiva, para que todo siga igual, y lo peor del caso es que algunos vuelven a tropezar de nuevo en la misma piedra y olvidan la historia de trampas del PSOE. Ese partido que actúa como un violinista, pide el poder con la izquierda y cuando tiene el violín, siempre lo toca con la derecha.


Desde luego, si ella misma abandonase el PSOE, sería la primera en darle publicamente mi enhorabuena por demostrar coherencia con lo que señaló, a pesar de lo que haya hecho en el pasado. Porque lo digo y lo repito: “errare humanum est” y siempre se puede perdonar lo pasado, pero solo cuando es sincero y claro el querer hacerse perdonar. Y en ese campo, no valen poses estéticas, valen los actos de cada uno.

La coherencia no se difunde, ni se vocea: se demuestra con los actos y se demuestra con la trayectoria que cada uno tiene, aunque en ocasiones uno tenga que reconocer que se equivocó en el pasado.

Por mi parte es todo: creo que en vez de cosas como esta, es mucho más interesante hablar de la realidad social que las políticas del capital nos están trayendo y como hacer frente, de verdad, a estas políticas. En vez de estar hablando de "mitos de un día".