En el día de hoy se inicia, huelga decirlo, el periodo de
angustia para muchos y muchas compañeras de la docencia. Muchos docentes de los
que han venido prestando sus servicios durante este tiempo se enfrentarán a la
prueba más angustiosa de su etapa como docentes: la oposición en la que,
gracias a la rebaremación y el acuerdo de interinos decretado por la
Consellería y firmado por 4 sindicatos “docentes”, se jugarán su suerte a un
“todo” o “nada”. Una prueba en la que, independientemente de la labor que
profesionalmente han desarollado, se decidirá si esas personas siguen o por el
contrario son expulsadas para siempre del sistema educativo y del mercado
laboral. No olvidemos que muchas de estas personas sobrepasan el listón de los
35 años, listón que determina la inclusión o exclusión del actual mercado
laboral.
Ese acuerdo de interinos, claramente contestado por el mundo educativo y donde cuatro sindicatos “docentes” se convirtieron en sus valedores (recordemos, la FETE-UGT, la FE de CCOO del PV, ANPE y CSIF-CV), enviando con su firma a miles de personas a la calle para siempre (luego sindicalistas apesebrados como los de CCOO se quejaban de que hubiera trabajadores que los increparan, cuando literalmente, de haberse realizado algo así en el sector del metal, les hubieran abierto la cabeza) y olvidando los dramas personales que esa decisión iba a tener sobre cientos de personas.
Por eso indigna. Indigna sobremanera leer a gente como a Francisco García, de la FE CCOO, lamentando el acuerdo de interinos. Como si se tratase de algo en lo que ellos, como sindicato, no hubieran formado parte. Indigna esa insensibilidad y esa falta de empatía que, ora les hace firmar el acuerdo, traicionando a sus trabajadores y a sus mismos militantes, ora lloran por el mismo, como si ellos no tuvieran nada que ver.
De todas formas, no es el objeto de la misiva desenmascarar a los que, con un doble juego, juegan a estar en misa y repicando. Es otro. El objetivo principal es acordarme de todos esos compañeros, de todas esas personas, con sus vidas, sus realidades, sus dramas y sus lágrimas, y acordarme de ellos. Deseándoles suerte, pero, al mismo tiempo, dejando claro que muchos no les olvidamos ni les olvidaremos. Que, de la misma forma que aquellos compañeros que han perdido su puesto de trabajo con los recortes de 2011 y de 2012, siguen siendo compañeros, con todo lo que ello implica.
Siguen siendo y serán compañeros. Serán siempre trabajadores de la Educación pública, personas que no merecen ni se puede aceptar, que su despedida de la docencia sea de esta forma. Porque es indigna. Porque es injusta y porqué es inmoral. No puede ser que el pago a muchos años de servicio docente sea una patada en el culo de esta manera. No es de recibo que quienes han formado a miles y miles de escolares, que han dado lo mejor de ellos mismos por la Educación Pública, que quienes han estado cuando se les ha necesitado y donde se les ha necesitado (cubriendo aquellos huecos que nadie quería cubrir) sean sustituidos, en contra de toda lógica, por otras personas sin experiencia (aunque de ello no son culpables, obviamente, los nuevos docentes que accedan).
No es lógico que la oposición deje de ser una forma de seleccionar a funcionarios docentes para pasar a convertirse en una prueba para seguir trabajando, llegándose a extremos tan ridículos como docentes que aprobarán y no trabajarán, como ha sucedido con muchos despedidos en los años 2010, 2011 y 2012.
Por ello, sirva esta carta como apoyo y soporte a todos esos maestros y maestras que se juegan su futuro en el País Valenciano durante estos días. Es la forma más austera de que sepan que muchos, que nos encontramos –de momento trabajando- nos acordamos de ellos. Incluso algunos que, como mi caso, nos iremos al paro sin saber cuándo regresaremos a ejercer la docencia. Incluso algunos que, aun pudiendo ser beneficiados de ese acuerdo, rechazamos migajas de la Administración porque entendemos que la suerte del colectivo docente no es la suerte individual de cada uno de sus miembros, sino la suerte total del colectivo. Algunos que seguimos creyendo el “si nos tocan a uno, nos tocan a todos”. Algunos que pensamos que la suerte de parte del colectivo anticipa la suerte final de todo él.
Porque primero vinieron a por quienes se fueron a la calle
en 2010 y 2011, y nos movimos. Luego a por quienes nos fuimos a la calle y a
duras penas hemos vuelto algunos a trabajar, otros no volverán a hacerlo nunca.
Después a quienes serán rebaremados. No hace falta ser muy astuto para saber quiénes
serán las siguientes víctimas. Solo hace falta ver lo que ha pasado en otras
autonomías y ver la propuesta de la Generalitat catalana de convertir a todos
los maestros y profesores en personal laboral, que pueda ser despedido como el
empleado del sector privado, con cuatro duros.
Por ello, de forma solidaria, debemos estar todos y todas con nuestros compañeros docentes que se la juegan en esta puñalada trapera permitida por Consellería y aceptada por los cuatro sindicatos mencionados, con parte de sus afiliaciones en contra. Porque son nuestros compañeros. Porque deben saber que siempre serán nuestros compañeros y, porque, al menos muchos de nosotros, estemos o no estemos en el sector educativo, vamos a seguir peleando por que vuelvan a recuperar su puesto de trabajo. Un puesto de trabajo que se han ganado con su experiencia y dedicación, esa que siempre es tenida en cuenta en cualquier ámbito laboral pero que, al parecer, en la docencia, deja de ser necesaria.
Porque siempre seréis nuestros compañeros, desde luego, muchos más que esos que, sin oposición ni prueba alguna, siguen trabajando con el único mérito de haber "besado un anillo de obispo". Por Mane, por Fina, por Nerea, por Amparo, por Agustín.... por esos miles y miles de compañeros a los que muchos no olvidaremos hasta que sus derechos hayan sido reimplantados.
Julián Jiménez, profesor interino de Enseñanza Secundaria.
Muchas gracias.
ResponderEliminarJulián, siempre lo bordas.
ResponderEliminarMuy bien!.
ResponderEliminarAunque seamos pocos, también existimos algunas especialidades de FP que, aún teniendo bolsa de sobra para seguir llamando tranquilamente en caso de necesidad, hay oposiciones convocadas y trabajadores interinos rebaremados y con moratorias (aunque es cierto que no tantos como maestros, aunque ninguna que lo merezca)... Es que al ver lo de primaria e infantil, me ha entrado pelusilla...
ResponderEliminarNos quedamos con las gracias pero en el puñetero paro.
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