Como muchos sabrán, porque aún hay despistados que no lo saben, la Educación Pública en la Comunidad Valenciana está en peligro de muerte. Tanto por las medidas que se tomaron en enero como las legisladas por el Ministerio de Educación.
Recorte en los complementos que tenían los docentes, aumento de horas lectivas dentro de la jornada que tenemos los docentes de 37 horas y media y el despido en junio de 8,453 trabajadores de la enseñanza, de los cuales solo regresarán alrededor de 1,500 - 2,000 en septiembre.
Eso por lo que respecta a las condiciones laborales del profesorado. Parte de esos recortes tendrán un impacto en la Enseñanza pública notable, a lo que se añade el aumento de ratio: hasta 43 alumnos en Bachillerato, hasta 38 en Secundaria. Cualquiera con recuerdos añejos dirá que no es para tanto, pero ¿que queremos? ¿volver a la escuela de finales de los 70? ¿Volver a tasas de fracaso escolar del doble que ahora porque entonces se dejaba de estudiar con 12 años?¿Escuelas sin aseos?¿Cayéndose a trozos?
Se suprimen becas y se suprimen refuerzos, desdobles y medios para la atención. En fin, un completo desastre mientras todo ese recorte de recursos no afecta a la escuela concertada. Puede haber gente que piense que solo debería defender mis derechos laborales. Pero cuando uno trabaja para la Educación Pública, consciente de lo que es y significa, todo esta interconectado. Si la Escuela Pública se hunde, los docentes nos estamos hundiendo con ella. Y dice el refrán sabio castellano "cuando se quiere matar al perro, nada mejor que culpar a la rabia". Nada mejor que destrozar la Escuela Pública para justificar su posterior privatización.
Por todas estas razones, los trabajadores del sector educativo público valenciano, estabamos llamados a secundar una huelga de 48 horas, huelga acordada en asambleas y convocada por los sindicatos. En todo momento, mi persona, aportando su granito de arena, ha tratado de ser activo en la medida de lo posible en las protestas (si quieres, Consellera, te lo apuntas tu o tus chivatos a sueldo, para la lista) porque siempre, de acuerdo a mi conciencia, lo he hecho. De la misma forma que lo hacía cuando me he ido a parar un desahucio de una familia o cuando fui a la huelga por las reformas laborales del PSOE y del PP. ¿Cómo no iba a defender mi puesto de trabajo con el instrumento más poderoso que tiene cualquier trabajador?
Y la verdad, es que estoy orgulloso de muchísimas personas que han estado conmigo estos días. Y mi valoración es positiva. Muy positiva. No tengo nada de optimista, basta con leer las previsiones económicas de mi blog para hacerse una idea. Pero a pesar de la enorme cantidad de "compañeros entre comillas" que tenemos en la profesión docente, un 40% de seguimiento ahora que se tienen datos totales, es un buen resultado. Y lo es por muchas razones:
1º La sanidad por ejemplo ha sufrido recortes similares o peores y tan siquiera, por razones que ellos tendrán que explicar, han sido capaces de plantear un solo paro. Mientras el peso de las protestas en el País Valenciano lo estamos llevando los docentes casi de forma exclusiva.
2º Vivimos en el mundo que vivimos: en una sociedad donde han triunfado las ideas dominantes y muchos, por muy docentes y muy eruditos que puedan pensarse que son, han sido alienados por ellas. Escuchar de una iletrada docente en Historia que una "huelga nunca ha servido para nada" es un claro ejemplo de ello. El individualismo atroz en el que nos han instalado existe y no lo vamos a cambiar en dos días, además, nosotros no tenemos ni prensa, ni radio ni televisión. Ni miles de millones para difundir la idea como las escuelas de negocios.
3º La ausencia de conciencia de clase. Puede parecer una tonteria. Cuando digo "trabajador de la Escuela Pública" en vez de "funcionario docente" no lo hago por casualidad. Muchos docentes han asimilado, como otras personas, que forman parte de una clase media, incluso algunos que están por encima del resto de trabajadores, cuando eso no es así. Un simple cambio puede ponerte en la calle como a los interinos (que se lean los periódicos griegos o portugueses y el EBEP si tanto saben).
"Uy, yo no voy a hacer huelga como los obreros" comentó cierta docente, ignorando su grado de estupidez cuando en unos meses puede acabar en la calle de una patada en el culo. Quizá por no ser "obreros" estamos como estamos. Todos los recortes y destrucción de nuestros derechos laborales no hay gobierno que tenga cojones a hacerlo a los obreros de astilleros sin que le ardan las calles. Porque claro, allí saben que la unión hace la fuerza y van todos a una. Y en vez de montar batucadas, montan barricadas.... a nosotros aún nos queda.
4º Técnicas de manipulación.
Un día antes de la huelga, en dos diarios salió una información de desconvocatoria de días de huelga falsa. Para sembrar confusión.
Al día siguiente, la misma consellera falseó los datos de la huelga para rectificar al día después. ¿Casualidad? No, desmoralización. Que unida a la labor de desmoralización de personas (que posiblemente esten retribuidas por ello) en foros de trabajadores de enseñanza, hizo que el número de huelguistas descendiese el segundo día.
Con todo ello, ver la cantidad de personas que, estando en huelga, llenaron las calles de Valencia el miercoles y de las tres capitales valencianas el jueves, es un EXITO. Un éxito porque teníamos todo en contra, y ver una manifestación de huelgustas con 20.000-25.000 personas es una muestra del éxito de convocatoria.
A mi, que participé tanto en la manifestación de Valencia como en la del día siguiente en Alicante, me sirvió para mucho. Me sirvió para comprobar la enorme implicación y generosidad de muchos trabajadores de la Enseñanza pública valenciana para con su trabajo y con su dignidad profesional y laboral. A un mes de ser despedido, y sin saber si volveré a formar parte del colectivo de docentes y enseñantes, es verdaderamente satisfactorio ver la enorme cantidad de COMPAÑEROS, a los que se puede aplicar con orgullo dicho término.
Todos aquellos y aquellas que, no solo sacrificaron su salario, sino que estuvieron presentes en la manifestación de Valencia. O en la de Alicante el día siguiente, donde no tuvimos reparo en entrar en la Consellería a dar la lata o tratar de hacerlo en Canal 9. Por lo mismo que nosotros.... los griegos asaltaron la televisión en directo, asi que lo nuestro fue demasiado light y festivo. Sea como fuere, fue un orgullo conocer a muchos compañeros a los que solo conocía de haberlos leido y a otros que no conocía pero que al parecer si me conocían a mi por haber estado "dando caña" en asambleas, foros y blogs.
Como también fue un placer estar con compañeros de mi centro, enormemente luchadores, que aún siendo una minoría, se hacen de notar. Ernest, Carmen O, Rosa, Alberto, Ricardo, Nerea, Empar, Mila, Mercè y Carme. (seguro que me dejo a más gente, perdón) Gente que en muchos casos tienen menos motivos para luchar que otros que deberían hacerlo y no lo hacen, y sin embargo están ahi, defendiendo de una forma noble, decente y sin dar paso atrás nuestros derechos, la Escuela Pública y nuestra dignidad como trabajadores.
Desgraciadamente hay otros "compañeros". Esos a la que la Consellera Català daba las gracias "por trabajar un día de huelga" (o por vender su dignidad por unos euros tirados a la cara, que es como lo veo yo). Esos que ahora se lamentarán de la última medida de Consellería: la posibilidad de desplazar por toda la Comunidad a un docente que pierda una plaza suprimida e incluso forzarle a dar otras materias o reducirle un 20% el sueldo si no puede dar las suficientes horas lectivas (por falta de plazas).
Sería un justo castigo divino, si no fuera porque también a quienes defendimos nuestos derechos nos será aplicada la norma. Quizá tengamos que dar gracias a esos esquiroles por su arrastrada actitud. De eso y de todo lo que venga a partir de ahora, aunque puede que algunos con esas medidas nuevas lleguen a reconsiderar si merece la pena perder un dia de salario o defender los derechos que te están quitando.
En mi centro tengo muchos especímenes de esquiroles orgullosos de serlo, a cual más pintoresco. Los desprecio profundamente y ellos me desprecian a mi. Desde la "antiprofesial" docente que ladra cuando tu no estás, hasta delante de niños de 12 años, pero que no tiene la valentía de decirtelo en la cara, pasando por el que se cree que lo sabe todo, que sus 20 trienios hacen que el sea persona y tu no (y que merezca poco más que la canonización). Luego "funcionarios" que alaban las virtudes de la escuela privada, fachas hasta decir basta, pero que no tienen ningún problema en cobrar de la pública mientras "se la suda" si el centro se cae a trozos o no. "Ande yo caliente..."
Luego hay casos aun más peculiares: el progre-retro que hace todo tipo de progreces pero que ha asumido el discurso de "una huelga no sirve para nada, solo sirve votar"; interinos que se ven intocables aunque se van a la calle y no se mueven. O aquella o aquel que no necesita hacer huelgas porque, total, su sueldo de docente solo es un complemento del sueldo de su pareja.
En fin, las anécdotas podrían ser peculiares, pero prima el desclasamiento, el creerse "estirpe", el individualismo más recalcitrante o el fanatismo pepero, conservador, derechista o vete tu a saber (si, ya se que es ridiculo, pero hay profesores de la pública de derechas como también habría algún judío que, posiblemente, votó a Hitler en el 33). Muchos padres y madres, sin trabajar dentro, hacen una labor en defensa de la escuela pública más importante que muchos de esos docentes, es triste, pero es así.
Poco más tengo que añadir a la parrafada. Simplemente dar las gracias a todas esas personas, esos compañeros decentes y docentes, que han sabido luchar por lo suyo.
Que no decaiga esa moral, que nadie os haga agachar la cabeza, porque vosotros y vosotras la podéis llevar bien alta. Otros son los que tienen que sentir vergüenza, no vosotros. Y el tiempo, que es lo más justo que existe, acabará poniendo a cada cual en el sitio que corresponde.
Un fuerte abrazo de un compañero vuestro que, aunque sea despedido, seguirá siendo COMPAÑERO, hoy, mañana y cuando haga falta.
Recorte en los complementos que tenían los docentes, aumento de horas lectivas dentro de la jornada que tenemos los docentes de 37 horas y media y el despido en junio de 8,453 trabajadores de la enseñanza, de los cuales solo regresarán alrededor de 1,500 - 2,000 en septiembre.
Eso por lo que respecta a las condiciones laborales del profesorado. Parte de esos recortes tendrán un impacto en la Enseñanza pública notable, a lo que se añade el aumento de ratio: hasta 43 alumnos en Bachillerato, hasta 38 en Secundaria. Cualquiera con recuerdos añejos dirá que no es para tanto, pero ¿que queremos? ¿volver a la escuela de finales de los 70? ¿Volver a tasas de fracaso escolar del doble que ahora porque entonces se dejaba de estudiar con 12 años?¿Escuelas sin aseos?¿Cayéndose a trozos?
Se suprimen becas y se suprimen refuerzos, desdobles y medios para la atención. En fin, un completo desastre mientras todo ese recorte de recursos no afecta a la escuela concertada. Puede haber gente que piense que solo debería defender mis derechos laborales. Pero cuando uno trabaja para la Educación Pública, consciente de lo que es y significa, todo esta interconectado. Si la Escuela Pública se hunde, los docentes nos estamos hundiendo con ella. Y dice el refrán sabio castellano "cuando se quiere matar al perro, nada mejor que culpar a la rabia". Nada mejor que destrozar la Escuela Pública para justificar su posterior privatización.
Por todas estas razones, los trabajadores del sector educativo público valenciano, estabamos llamados a secundar una huelga de 48 horas, huelga acordada en asambleas y convocada por los sindicatos. En todo momento, mi persona, aportando su granito de arena, ha tratado de ser activo en la medida de lo posible en las protestas (si quieres, Consellera, te lo apuntas tu o tus chivatos a sueldo, para la lista) porque siempre, de acuerdo a mi conciencia, lo he hecho. De la misma forma que lo hacía cuando me he ido a parar un desahucio de una familia o cuando fui a la huelga por las reformas laborales del PSOE y del PP. ¿Cómo no iba a defender mi puesto de trabajo con el instrumento más poderoso que tiene cualquier trabajador?
Y la verdad, es que estoy orgulloso de muchísimas personas que han estado conmigo estos días. Y mi valoración es positiva. Muy positiva. No tengo nada de optimista, basta con leer las previsiones económicas de mi blog para hacerse una idea. Pero a pesar de la enorme cantidad de "compañeros entre comillas" que tenemos en la profesión docente, un 40% de seguimiento ahora que se tienen datos totales, es un buen resultado. Y lo es por muchas razones:
1º La sanidad por ejemplo ha sufrido recortes similares o peores y tan siquiera, por razones que ellos tendrán que explicar, han sido capaces de plantear un solo paro. Mientras el peso de las protestas en el País Valenciano lo estamos llevando los docentes casi de forma exclusiva.
2º Vivimos en el mundo que vivimos: en una sociedad donde han triunfado las ideas dominantes y muchos, por muy docentes y muy eruditos que puedan pensarse que son, han sido alienados por ellas. Escuchar de una iletrada docente en Historia que una "huelga nunca ha servido para nada" es un claro ejemplo de ello. El individualismo atroz en el que nos han instalado existe y no lo vamos a cambiar en dos días, además, nosotros no tenemos ni prensa, ni radio ni televisión. Ni miles de millones para difundir la idea como las escuelas de negocios.
3º La ausencia de conciencia de clase. Puede parecer una tonteria. Cuando digo "trabajador de la Escuela Pública" en vez de "funcionario docente" no lo hago por casualidad. Muchos docentes han asimilado, como otras personas, que forman parte de una clase media, incluso algunos que están por encima del resto de trabajadores, cuando eso no es así. Un simple cambio puede ponerte en la calle como a los interinos (que se lean los periódicos griegos o portugueses y el EBEP si tanto saben).
"Uy, yo no voy a hacer huelga como los obreros" comentó cierta docente, ignorando su grado de estupidez cuando en unos meses puede acabar en la calle de una patada en el culo. Quizá por no ser "obreros" estamos como estamos. Todos los recortes y destrucción de nuestros derechos laborales no hay gobierno que tenga cojones a hacerlo a los obreros de astilleros sin que le ardan las calles. Porque claro, allí saben que la unión hace la fuerza y van todos a una. Y en vez de montar batucadas, montan barricadas.... a nosotros aún nos queda.
4º Técnicas de manipulación.
Un día antes de la huelga, en dos diarios salió una información de desconvocatoria de días de huelga falsa. Para sembrar confusión.
Al día siguiente, la misma consellera falseó los datos de la huelga para rectificar al día después. ¿Casualidad? No, desmoralización. Que unida a la labor de desmoralización de personas (que posiblemente esten retribuidas por ello) en foros de trabajadores de enseñanza, hizo que el número de huelguistas descendiese el segundo día.
Con todo ello, ver la cantidad de personas que, estando en huelga, llenaron las calles de Valencia el miercoles y de las tres capitales valencianas el jueves, es un EXITO. Un éxito porque teníamos todo en contra, y ver una manifestación de huelgustas con 20.000-25.000 personas es una muestra del éxito de convocatoria.
A mi, que participé tanto en la manifestación de Valencia como en la del día siguiente en Alicante, me sirvió para mucho. Me sirvió para comprobar la enorme implicación y generosidad de muchos trabajadores de la Enseñanza pública valenciana para con su trabajo y con su dignidad profesional y laboral. A un mes de ser despedido, y sin saber si volveré a formar parte del colectivo de docentes y enseñantes, es verdaderamente satisfactorio ver la enorme cantidad de COMPAÑEROS, a los que se puede aplicar con orgullo dicho término.
Todos aquellos y aquellas que, no solo sacrificaron su salario, sino que estuvieron presentes en la manifestación de Valencia. O en la de Alicante el día siguiente, donde no tuvimos reparo en entrar en la Consellería a dar la lata o tratar de hacerlo en Canal 9. Por lo mismo que nosotros.... los griegos asaltaron la televisión en directo, asi que lo nuestro fue demasiado light y festivo. Sea como fuere, fue un orgullo conocer a muchos compañeros a los que solo conocía de haberlos leido y a otros que no conocía pero que al parecer si me conocían a mi por haber estado "dando caña" en asambleas, foros y blogs.
Como también fue un placer estar con compañeros de mi centro, enormemente luchadores, que aún siendo una minoría, se hacen de notar. Ernest, Carmen O, Rosa, Alberto, Ricardo, Nerea, Empar, Mila, Mercè y Carme. (seguro que me dejo a más gente, perdón) Gente que en muchos casos tienen menos motivos para luchar que otros que deberían hacerlo y no lo hacen, y sin embargo están ahi, defendiendo de una forma noble, decente y sin dar paso atrás nuestros derechos, la Escuela Pública y nuestra dignidad como trabajadores.
Desgraciadamente hay otros "compañeros". Esos a la que la Consellera Català daba las gracias "por trabajar un día de huelga" (o por vender su dignidad por unos euros tirados a la cara, que es como lo veo yo). Esos que ahora se lamentarán de la última medida de Consellería: la posibilidad de desplazar por toda la Comunidad a un docente que pierda una plaza suprimida e incluso forzarle a dar otras materias o reducirle un 20% el sueldo si no puede dar las suficientes horas lectivas (por falta de plazas).
Sería un justo castigo divino, si no fuera porque también a quienes defendimos nuestos derechos nos será aplicada la norma. Quizá tengamos que dar gracias a esos esquiroles por su arrastrada actitud. De eso y de todo lo que venga a partir de ahora, aunque puede que algunos con esas medidas nuevas lleguen a reconsiderar si merece la pena perder un dia de salario o defender los derechos que te están quitando.
En mi centro tengo muchos especímenes de esquiroles orgullosos de serlo, a cual más pintoresco. Los desprecio profundamente y ellos me desprecian a mi. Desde la "antiprofesial" docente que ladra cuando tu no estás, hasta delante de niños de 12 años, pero que no tiene la valentía de decirtelo en la cara, pasando por el que se cree que lo sabe todo, que sus 20 trienios hacen que el sea persona y tu no (y que merezca poco más que la canonización). Luego "funcionarios" que alaban las virtudes de la escuela privada, fachas hasta decir basta, pero que no tienen ningún problema en cobrar de la pública mientras "se la suda" si el centro se cae a trozos o no. "Ande yo caliente..."
Luego hay casos aun más peculiares: el progre-retro que hace todo tipo de progreces pero que ha asumido el discurso de "una huelga no sirve para nada, solo sirve votar"; interinos que se ven intocables aunque se van a la calle y no se mueven. O aquella o aquel que no necesita hacer huelgas porque, total, su sueldo de docente solo es un complemento del sueldo de su pareja.
En fin, las anécdotas podrían ser peculiares, pero prima el desclasamiento, el creerse "estirpe", el individualismo más recalcitrante o el fanatismo pepero, conservador, derechista o vete tu a saber (si, ya se que es ridiculo, pero hay profesores de la pública de derechas como también habría algún judío que, posiblemente, votó a Hitler en el 33). Muchos padres y madres, sin trabajar dentro, hacen una labor en defensa de la escuela pública más importante que muchos de esos docentes, es triste, pero es así.
Poco más tengo que añadir a la parrafada. Simplemente dar las gracias a todas esas personas, esos compañeros decentes y docentes, que han sabido luchar por lo suyo.
Que no decaiga esa moral, que nadie os haga agachar la cabeza, porque vosotros y vosotras la podéis llevar bien alta. Otros son los que tienen que sentir vergüenza, no vosotros. Y el tiempo, que es lo más justo que existe, acabará poniendo a cada cual en el sitio que corresponde.
Un fuerte abrazo de un compañero vuestro que, aunque sea despedido, seguirá siendo COMPAÑERO, hoy, mañana y cuando haga falta.
No estoy de acuerdo en estimar la convocatoria de éxito, ni de lejos. Aún hay demasiado miedo, ignorancia, falta de conciencia social y de lo público, mucho "ya veremos", demasiado "no sirve para nada" y el lema que ha hecho furor: "Yo no me lo puedo permitir." Se ha demostrado que muchos años de gremialismo clasista adocenado ha esclerotizado a los funcionarios públicos, sobre todo en la enseñanza. Y demuestra, una vez más, que formación intelectual no es sinónimo de conciencia. Es más, un sector nada despreciable del profesorado se ha pretendido como clase media y no trabajadora. En los años que vivo y sufro en este oficio, en demasiadas ocasiones lo he padecido, además del hecho de, para bien y para mal, no engañarme; mi lucha más feroz es luchar contra el autoengaño y sus máscaras.
ResponderEliminarEstimado Julián, discrepo en tu optimismo y valoración de la huelga. La considero un fracaso, que es por lo que han desconvocado los días que restaban de ella. Aunque tras las experiencias vividas y sufridas en mis años de docencia, no era previsible otro resultado: años de desclasamiento en los que ha imperado el sentimiento orgulloso de sentirse no trabajadores de la enseñanza, sino clase media orgullosa de sí misma en la que cada cual mira por sus intereses personales; una buena parte del profesorado, no ya sólo de espaldas a la lucha o afiliación sindical, sino renegando de ella, y teniendo a los sindicatos como meras gestorías a las que se va a que nos resuelvan alguna cuestión puntual y personal. Además, de nuevo se pone en entredicho que sea sinónimo de formación universitaria la formación intelectual, ni ésta va necesariamente de la mano de la conciencia social y pública.
ResponderEliminarPor otra parte, hay muchos y muchas que guardan discretamente silencio: el silencio del no me voy a dar a conocer por si acaso, el de si muevo ficha no me conceden la comisión de servicio o me pongo a malas con la directiva... Y muchas y diversas miserias y mezquindades personales. Por no hablar de que bastantes manifesteros domingueros son votantes del PP, por supuesto. Y otros y otras con los que hay que discutir porque no ven, no quieren ver, la relación entre ideoología, política y economía. En una de las asambleas, recordé que cuando los mineros hacían huelgas indefinidas allá por el siglo XIX, no era porque se lo pudieran permitir y otras evocaciones varias. Nadie respondió ni chistó. Se cambió de tema. Casi todos y todas, evitaron hablarme con normalidad hasta pasados unos días... Gracias. Salud y República.
Imprescindible:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=tidLDvy8GTc